Harare.- El presidente de Zimbabwe Robert Mugabe tomó juramento como primer ministro a su adversario político de mucho tiempo Morgan Tsvangirai, en un nuevo gobierno de unidad.

La compartición de poder por parte de Mugabe fue vista como una concesión extraordinaria luego de tres décadas de un mando indisputable.

Muchos presionaron a Mugabe para que dejara el cargo de una vez, pero sigue siendo el presidente en la coalición que comparte el poder.

Aunque Mugabe declaró recientemente "Zimbabwe es mío", el fue más allá el miércoles de lo que muchos hubieran esperado. Se puso de pie para enfrentar a Tsvangirai como un igual en una tienda de campaña blanca en los terrenos del palacio presidencial.

Líderes regionales observaron desde la tienda y Zimbabwenses en todo el país miraron por la televisora estatal mientras Tsvangirai levantaba su mano derecha y declaraba: "Serviré adecuada y fielmente a Zimbabwe en la oficina del primer ministro de la República de Zimbabwe, con ayuda de Dios".

Tanto Tsvangirai como Mugabe estuvieron relajados y sonriendo durante la breve ceremonia, la cual también incluyó la juramentación de los diputados de Tsvangirai, Arthur Mutambara de un partido de oposición disidente, y Thokozani Khupe, del partido de Tsvangirai’.

Tsvangirai y Mugabe estarán bajo presión para actuar rápidamente para aliviar el sufrimiento de los empobrecidos zimbabwenses. El colapso económico del país ha ocasionado la tasa de inflación más alta del mundo, ha dejado a millones dependiendo de la ayuda alimentaria internacional y ha ocasionado una epidemia de cólera que ha matado a cerca de 3,400 personas desde agosto.

Los líderes vecinales que presionaron para la coalición dijeron que una vez que se unan en el gobierno de unidad, los dos hombres superarán la desconfianza mutua y trabajarán juntos para bien de su país.

Mugabe, quien cumplirá 85 años el 21 de febrero y ha estado en el poder desde la independencia de Gran Bretaña en 1980, ha tratado en los últimos años a Tsvangirai, de 56 años, como un colega menor, en el mejor de los casos, a menudo no molestándose en ocultar su desprecio.

Pero Tsvangirai ganó la mayoría de los votos en la primera ronda de la elección presidencial realizada hace casi un año, y se retiró de una contienda de desempate en junio debido únicamente al ataque a sus seguidores.