Que se viera desde el mar, el cielo y la tierra. Esta era la meta del villalbeño Héctor Collazo Hernández cuando concibió la última bandera de su proyecto “78 pueblos, una bandera” y que ahora embellece el Balneario de Carolina.

“Pensarán que ahora me estoy poniendo filosófico, pero no. La cuestión es que, cuando los barcos estén estacionados, lo van a ver, cuando las personas estén en la tierra, la van a ver, y cuando esos aviones despeguen y aterricen desde el aire, la van a ver”, explicó el artista a Primera Hora.

Luego de varios intentos para hacer su visión realidad y con el apoyo del municipio, la monoestrellada está pintada sobre 22 palancas de madera horizontales. La obra completa mide 16 pies de largo y 30 pies de ancho. Aunque el resultado final no fue exactamente lo que Héctor primero visionó, aún será visible para aquellos que deseen pisar nuestra tierra borincana y lo último que verán aquellos que, lamentablemente, tengan que acudir a otras tierras en búsqueda de mejores oportunidades.

Aquellos deseosos de ayudar simplemente tenían que expresarlo, por lo que inmediatamente se les daba una brocha.
Aquellos deseosos de ayudar simplemente tenían que expresarlo, por lo que inmediatamente se les daba una brocha. (Nahira Montcourt)

“La construcción fue un poquito difícil, pues el que lo tenía en la mente era yo y yo no soy arquitecto ni nada, por tanto, no tenía plano. Todo tenía que explicárselo a las personas, para que entonces, me lo aprobaran y, así, comencé con el municipio, a lo cual se cambió el molde par de veces por seguridad, según ellos me explicaban, pero llegamos al acurdo que (esto) es lo que se iba a hacer”, rememoró el artista de 31 años.

“Cuando yo me comuniqué con ellos (el municipio), yo les dije ‘esta es la última. Queremos hacer algo grande. Por tanto, no podemos coger simplemente una pared. Tenemos que construir la estructura para pintar la bandera y hacerlo a nuestro molde, para entonces provocar el impacto que estamos buscando’. Y, así es que se da el hecho de pintar la bandera aquí”, agregó.

Ahora, estas banderas- que son una donación de Héctor para los pueblos- son puntos de atracción, por lo que sirven como imán para atraer el turismo y el desarrollo económico local.

“Un día yo no voy a estar, pero probablemente mis banderas sí. Eso es lo que queremos que permanezca, para que siempre haya puntos turísticos en la Isla. Nosotros tenemos una Isla llena de recursos en todos lados, recursos turísticos en todos lados, pero mientras más nosotros le brindemos, mejor es para nosotros como país atraer el turismo”, expresó Collazo Hernández, al mencionar que espera que los municipios se encarguen de su mantenimiento.

¿Y ahora qué?

Este proyecto no acaba aquí, pues para el futuro, Héctor planifica evolucionar esta iniciativa en una internacional. Y es que esa hermandad y compañerismo que nació de la iniciativa y contagió a tantas personas la desea compartir con los boricuas en la diáspora.

“Queremos llevar la misma iniciativa que hacíamos con el proyecto ‘78 pueblos, una bandera’ de pintar la bandera en todos los pueblos y hacer una fiesta de pueblo. Queremos ahora hacerlo internacional, para que la diáspora también pueda disfrutar de un evento pintando una bandera, como lo hemos hecho aquí en la Isla”, adelantó.

El deseo de llevar la iniciativa fuera de la Isla no es única de Héctor, sino sus seguidores y colaboradores también han apalabrado este deseo.

Para Edwin García, quien viajó desde Chicago para presenciar cómo se pintaba la última bandera del proyecto, es justo y necesario llevar la iniciativa a Humboldt Park, ya que él estima que es “el municipio número 79 de Puerto Rico”.

“Con mucho respeto y mucho amor y cariño, (traté) de explicarle a Héctor que todavía le falta una bandera en Humboldt Park, Chicago, el único (municipio) fuera de Puerto Rico, número 79. Bregamos, con mucho amor cariño y bendiciones”, comentó entre risas.

Juan Antonio Corretjer
Juan Antonio Corretjer (Nahira Montcourt)

Asimismo, Juan Antonio Corretjer, quien ha pintado junto a Héctor en más de 30 banderas, viajará donde se tenga que viajar, con tal de asistir y darle vida a este proyecto como se ha hecho aquí en Puerto Rico.

“Donde haya que viajar, vamos a estar ahí. Si hay que pintar una bandera por los puertorriqueños que viven en Rusia, lo pintamos”, afirmó.

Héctor utilizó su talento artístico para canalizar el dolor que vivió tras la súbita y trágica muerte de su hermano menor, Alex, en el 2014. A través de “78 pueblos, una bandera”, logró converger durante siete años su amor patrio, el turismo y la creatividad a través de obras de arte protagonizadas por la bandera de Puerto Rico.

El artista completó su proyecto "78 pueblos, una bandera", en el Balneario de Carolina junto al pueblo y su campeón, Félix "Tito" Trinidad.