Durante toda la travesía de llevar el proyecto “78 pueblos, una bandera” a cada municipio de la Isla, el artista villalbeño Héctor Collazo Hernández no estuvo solo; sino durante los siete años que en que se extendió el proyecto dependió de la fiel compañía y apoyo de Jeannette “Jeanny” López Pérez, su compañera de vida.

Empero, para ambos- quienes el lunes cumplirán siete años de noviazgo-, no ha sido una encomienda simple dedicarse plenamente a este proyecto. En el caso de Jeanny, requirió renunciar a su empleo y tomar un rumbo totalmente distinto a lo que había ideado.

El artista completó su proyecto "78 pueblos, una bandera", en el Balneario de Carolina junto al pueblo y su campeón, Félix "Tito" Trinidad.

“Vamos a arriesgarlo todo”, se propuso la pareja cuando inició el proyecto en el 2016.

“Ha sido un proceso enorme, de cambios. Cambios buenos, cambios a veces duros, porque, acuérdate, trabajar con tu pareja suena divertido, pero ¿en qué momento termina el trabajo y en qué momento empieza nuestra relación? Eso, a veces, también ha sido duro”, relató Jeanny a Primera Hora.

Jeannette López Pérez
Jeannette López Pérez (Nahira Montcourt)

Pese a los óbices que han enfrentado en el camino y la sobrecarga de trabajo, la huella positiva que ha calado en la sociedad ha valido la pena y ha sido la recompensa más satisfactoria, aseguró la joven, quien es graduada de periodismo.

Durante los años, algunos de los colaboradores se han convertido como miembros de su propia familia. De la misma manera, la confraternización que generaba participar de la iniciativa traía calma a quienes sufrían de episodios depresivos y de ansiedad, al igual que ha servido como regalo cultural para la Isla.

“A veces pensamos ‘es un proyecto cultural de un artista, mira qué chévere’. Pues sí, es un proyecto cultural, pero (ha ayudado) a personas con condiciones y con depresión, ansiedad, ataques de pánico. Eso ha sido una motivación para muchos de ellos”, afirmó la isabelina de 31 años.

“Me atrevo a decir que un 80% de los puertorriqueños me han visto pintar”, agregó, por su parte, Héctor. “Con el simple hecho de que lleguen y se sienten a ver cómo pinto una bandera, para mí eso es apoyo, eso es gasolina, eso me motiva”, continuó.

El proyecto nació cuando Héctor decidió desbordar todas las emociones que lo abrumaban tras el trágico suicidio de su hermano, Alex.

Al usar su arte como herramienta para canalizar sus emociones, se ha destacado durante años por visitar todos los pueblos de la Isla para pintar la monoestrellada. Para el joven villalbeño el proyecto tiene mucho significado, pues no se trata solo de pintar la bandera, sino de promover el orgullo patrio y el amor por la tierra puertorriqueña.

“Lo que ha impactado en la sociedad es realmente lo que a mí me gusta de esto, impactar a un país completo, yo pienso que con eso tenemos la paga, porque esto es un proyecto gratuito para el pueblo”, sostuvo López Pérez.