La abogada Lydia Lizarríbar, defensora de Áurea Vázquez Rijos, presentó un contundente argumento final en el que repasó las alegaciones de la fiscalía federal y buscó sembrar dudas a cada paso.

Dijo que era la segunda vez que se traía a juicio el asesinato de Adam Anhang, luego que el estado juzgara y acusara erróneamente a Jonathan Román Rivera. Dijo que el agente Miranda, investigador de ese caso, no tuvo reparos en llevarlo adelante a pesar que no creía que fuera culpable, y que ya tenía conocimiento de la posible implicación del eventual asesino confeso, Alex Pabón Colón.

Puso en duda su testimonio, diciéndole al jurado que hace años, se sentó a declarar “ante un jurado como ustedes” y “sentenció a un hombre que dijo ser inocente”.

También puso dudas sobre el testimonio de la vecina que dijo ver en la escena del crimen un hombre en el suelo y una mujer parada sin hacer nada, mostrando las propias fotos tomadas por la mujer, en las que se ve a Áurea en el suelo junto al cuerpo.

La llamada "viuda negra", acusada de planificar el asesinato de su esposo, ha llamado la atención por modificar su cabello a través de los años.

Asimismo arremetió contra el testimonio del socio de negocios de Anhang, Roberto Cacho, demostrando que de su propio testimonio y mensajes se desprende que odiaba a Áurea y que repudiaba el matrimonio.

También puso dudas sobre la teoría de que Áurea había huido a Italia, mostrando documentos de que tenía intenciones de viajar a Florencia en 2002 y 2003, mucho antes de casarse con Anhang.

Aseguró que Áurea no huyó a ninguna parte, porque el propio agente dijo que podía viajar y que no había cargos contra ella.

También puso en duda la teoría que se escondía, mostrando un pasaporte que evidenciaba que viajó a través de Europa. Además, fue a la embajada estadounidense a renovar su pasaporte.

“O sea que la teoría del gobierno es que, años antes de casarse, ya planeaba el asesinato, fugarse a Italia?”, cuestionó la abogada.

Agregó que Áurea mostró que tuvo un embarazo complicado y sus gemelas nacieron prematuras y necesitaron permanecer hospitalizadas, razón por la que no pudo viajar a Puerto Rico. Luego el padre de las niñas no le permitió sacarlas de Italia.

“¿El gobierno quiere que crean que Áurea también planeó tener un embarazo de alto riesgo y un parto prematuro?”, cuestionó Lizarríbar.

La abogada dedicó gran parte de su alegato a despojar de cualquier credibilidad al testigo estrella de la fiscalía, el asesino confeso Alex Pabón Colón.

Describió que se trataba de un hombre con varios alias, que alegaba hacer un sinnúmero de profesiones, y que además recibió un excelente acuerdo del gobierno para que testificara contra su clienta.

“El gobierno dice que hubo una conspiración. Traen al testigo estrella. Dante, El Lindo, El Príncipe, El Loco, Karateca… ¿Cuál de esos alter egos vino declarar aquí? ¿El empresario, el representante de artistas, el mujeriego, cuál de ellos?... Sabemos que era narcotraficante y dijo que era asesino”, dijo Lizarríbar. “Sus fantasías son reales, y su vida una película. Pero eso no puede tomarse como cierto aquí”.

Ahora continúan los testimonios de los abogados de Marcia Vázquez Rijos y José Ferrer Sosa.