Hace casi cinco años, casi toda una familia fue asesinada a manos de dos sujetos que hoy cumplen sendas condenas en la prisión.

Sin embargo, hubo un niño con el que no pudieron. Intentaron matarlo, pero fallaron en el intento y hoy, es todo un hombre que ha logrado alcanzar metas inimaginables, luego de haber vivido una experiencia traumática.

Ángel Ortiz Uceda, único sobreviviente de la llamada masacre de Guaynabo, anoche logró graduarse de cuarto año de escuela superior con honores.

La noticia fue difundida por la fiscal que logró la justicia del caso, Janet Parra. La licenciada publicó una foto de ella junto a Ángel en su cuenta de Instagram con un emotivo mensaje dedicado al muchacho, a quien llamó “mi estrella”.

“En noviembre de 2014, Puerto Rico despertó con una noticia que consternó al país. Ese día conocí a quien muchos llamaron “el niño sobreviviente”. Yo conocí a un guerrero, un ángel q me enseñó el significado de la valentía, la humildad pero sobretodo la compasión. No sólo gane un caso, gane una familia y la bendición de ver a un niño convertirse en un joven talentoso, amoroso y bendecido. Dios tiene propósito para cada uno de nosotros, cuando yo olvido mi propósito solo tengo q recordar a mi ángel, mi estrella y vuelvo a recuperar la fe en mi misma. Hoy mi niño alcanzó otra nueva meta, ya será un universitario pero sobretodo un hombre bendecido por el Dios q lo ha amado, sostenido y guardado. A DIOS SEA LA GLORIA!!!”, lee el mensaje de Parra.

Un repaso del caso:

Mediante sistema de circuito cerrado, Ángel, que en ese momento tenía 13 años, relató el miedo que sintió al escuchar los disparos que segaron la vida de su papá, Miguel Ortiz Díaz; su mamá, Carmita Uceda Ciriaco; su abuela, Clementina Ciriaco López y su hermano mayor, Michael Ortiz Uceda.

Como parte de su testimonio, reveló que trató de apelar al sentimiento de Christopher Sánchez Ascencio y de José Luis Bosch Mulero para que no lo mataran y en otro momento simuló estar muerto para evitar que lo atacaran nuevamente.

Los imputados escucharon cabizbajos al adolescente narrar que la noche del 17 de noviembre Christopher llegó a su casa a pagar el alquiler de la casa que arrendaba a sus progenitores.

A preguntas de la fiscal Janet Parra, respondió que se encontraba en el cuarto, jugando con su hermano, mientras su papá y su mamá despedían a Sánchez Ascencio. Entonces, escuchó a su padre decir “Christopher, chico, no hagas esto, por favor”.

“Cuando fui a la puerta a ver, había un hombre grande, de pelo largo, apuntándole a mi padre con un arma”, indicó en referencia a José Luis.

Hablando en un español matizado por el inglés, el menor señaló que posteriormente José Luis los llevó a un cuarto.

“Yo, mi papá, mi mamá, mi hermano y Christopher nos acostamos en el piso”, apuntó.

José Luis pidió el dinero y los celulares, que su familia entregó sin resistencia mientras permanecía en el suelo. Contó que en un momento separaron a su papá del grupo y que “Christopher sacó el celular para llamar a la Policía”, pero que su hermano le pidió que guardara el aparato.

En un testimonio, que se extendió como una hora, apuntó que se asustó y lloró cuando escuchó a la distancia el disparo que le quitó la vida a su padre.

“Mi mamá estaba llorando y rezando”, dijo.

Añadió que después José Luis llevó a los otros miembros de la familia a la sala, donde les pidió que se pusieran de rodillas.

“Cuando me arrodillo, cierro los ojos y me tapo los oídos y escucho un tiro y siento algo que me cae encima. Cuando miro para el lado, era mi mamá que cayó encima de mí”, afirmó.

A pocos pasos, vio que el cuerpo de su abuela yacía en una silla.

En ese momento, fue que se percató que Christopher también tenía un arma en sus manos.

Narró como Christopher y José Luis lo secuestraron junto a su hermano y dejó entrever que Christopher mató a su hermano de un disparo. Luego, contó que ambos imputados intentaron matarlo aplicándole una especie de llave en el cuello y cómo Christopher trató de cortarlo a él con un cuchillo.

“Traté de hablar como para darle pena a los dos. Le dije que ese día mi hermano cumplía años, que era verdad, y Christopher me dice que lo siente de verdad. Que no quería que eso pasara”, afirmó.

Afirmó también que luego de que fallaron en los intentos de matarlo, Christopher lo lanzó por un puente y que caminó hasta llegar a una comunidad donde recibió ayuda.

Los abogados defensores Mayra López Mulero y Oscar Martínez Borrás, que representan a José Luis, así como Orlando Cameron Gordon, quien representa a Christopher, no realizaron preguntas al testigo que entró a sala a identificar los imputados porque aseguraron que la jueza había violado el debido proceso de ley y el derecho constitucional al careo al realizar la vista sin que los abogados estuvieran listos.