Isabela. Un año ha transcurrido desde que la joven Rebeca Johann Roldán Nieves, de 22 años, desapareciera en circunstancias que aun están bajo investigación de la Policía.

Y, mientras las autoridades aseguran que la investigación está activa, sus familiares claman por alguna persona que conozca cuál fue su paradero o proporcione alguna pista que arroje luz a su desenlace.

“Nosotros siempre guardamos la esperanza de que aparezca con vida, pero si no es así, que por lo menos sepamos qué pasó y dónde está”, comentó su madre, Carmen Judith Nieves, en una conversación con Primera Hora en su residencia, en la urbanización Jardín Caribe de Isabela. 

“Todos los días abro la puerta de la casa con la esperanza de verla sentada en el balcón”, agregó, por su parte, su padre, Isaías Roldán.

El matrimonio adoptó a Rebeca cuando tenía dos años de edad.

La joven desapareció la noche del 16 de diciembre de 2018 luego de compartir con su esposo, Conrad Cruz, de quien estaba separada desde hacía dos años. Se suponía que el día después, 17 de diciembre, firmarían su divorcio.

Según contó la madre de la joven, esa noche, a eso de las 7:00 p.m., Conrad llamó a Rebeca para decirle que el hijo que ambos habían procreado, de cuatro años, se había caído y que la iría a buscar a su casa para que fuera a ver el niño. 

“Era mentira. El nene no se había dado ningún golpe. Pero, comoquiera, se quedó con el nene en casa de sus abuelos como hasta las 10:00 de la noche. Se suponía que él la llevara a casa de su amiga, donde Rebeca se estaba quedando. Pero, al día siguiente, me llama la licenciada que tenía su caso de divorcio para decirme que estaban esperándola en el tribunal, que no había llegado”, narró Nieves.

Originalmente, el esposo de la joven dijo a las autoridades que la había dejado frente al Coliseo José “Buga” Abreu, donde supuestamente alguien la recogería. Varios días más tarde, cambió la versión e indicó que la dejó frente a la Villa Pesquera de Isabela, tras una discusión.

“Eso es lo último que se sabe de ella. Nadie la ha visto. Nadie vio nada o si lo vio, no lo han dicho. La última persona que sabemos que la vio con vida fue Conrad”, apuntó Nieves quien, sin embargo, rehusó llamarlo sospechoso de la muerte de su hija.

“Yo no me atrevo decir que fue él, porque no sabemos”, subrayó.

Los padres de la víctima contaron que la relación de la pareja fue tormentosa, de constantes discusiones y agresiones, al punto que las autoridades intervinieron por una querella por violencia doméstica. Sin embargo, la acusación no prosperó. 

Su nieto está actualmente bajo la custodia del Departamento de la Familia, pues su padre biológico se encuentra preso por delitos relacionados a venta de sustancias controladas. 

Tras una nueva pista

La comandante Rosa Varela, directora del Centro de Investigaciones Criminales (CIC) de Aguadilla, aseguró que, a pesar de que aun no se ha esclarecido el caso, continúan investigando el paradero de Rebeca y, al mismo tiempo, intentan señalar al responsable de su desaparición.

Varela reveló que, mediante una confidencia, recibieron información sobre una residencia abandonada en la Urbanización Corchado, de Isabela, donde pudo haber estado la joven y de donde extrajeron nuevas pistas que podrían arrojar luz sobre su posible desenlace. 

“Allí se levantaron unas muestras de ADN, y hace dos o tres meses las enviamos al Negociado de Ciencias Forenses. Estamos esperando que se haga el análisis correspondiente”, sostuvo. 

Confirmó que Conrad Cruz cambió la versión sobre la última vez que vio viva a la joven y admitió que sigue siendo persona de interés en la investigación. Sin embargo, los esfuerzos están dirigidos en conocer el paradero de la mujer, según reveló.

“Hemos hecho las entrevistas necesarias a él (Conrad) y a otras personas, pero nos hemos concentrado en hacer la búsqueda en los lugares donde entendemos que pudo haber estado Rebeca. A la vez, seguimos investigando para identificar a algún responsable”, sentenció.