“Lo querían matar”.

La familia del deportista José A. Vega Jorge, de 22 años, quien lucha por sobrevivir a un disparo en la cabeza propinado por la Policía, el miércoles, en la marginal del expreso Martínez Nadal, le exigió al Superintendente que admita su responsabilidad.

Ángel Vega, padre de la víctima, cuestionó la actitud de la alta oficialidad de la Policía de negar que cometieron un error que casi le cuesta la vida a su hijo.

“No sé si son novatos los policías, pero si ellos cometieron un error, que lo aclaren, que lo digan y que sean hombres y digan: fue mi error”, sostuvo el padre del herido, sumamente compungido.

Vega Jorge fue baleado por la parte posterior derecha de la cabeza, mientras se encontraba boca abajo sobre el pavimento, según la versión ofrecida por su amigo y testigo de los hechos, Ángel Plaza.

Según el director del Centro Médico, doctor Ernesto Torres, recibió un disparo por la parte superior derecha de la cabeza que le atravesó el cerebro y se le alojó sobre la mandíbula superior del lado derecho. Tiene exposición de masa encefálica y ha requerido transfusiones de sangre.

El testimonio de Ángel Plaza, cuya vida también estuvo en riesgo, echa por el suelo la información ofrecida por el director regional de San Juan, el coronel José Sergio Rubín, quien alegó que el joven fue herido de bala cuando se viró mientras era perseguido e hizo amague para sacar un arma de fuego de la cintura, la cual nunca fue ocupada.

Esa noche, el deportista dejó a su novia en las clases de ballet y fue a compartir con sus compañeros en el club de karate.

El incidente comenzó a las 8:20 p.m. en el restaurante Burger King, de Altamira, donde un hombre que vestía camiseta negra y una mujer con una gorra asaltaron el establecimiento cargando con $1,025. No era la primera vez que la pareja los asaltaba, según se escuchó en el mensaje que recibió la Policía.

Vega Jorge, su amigo Ángel Plaza, su instructor de karate y otros compañeros salieron de clases y se estaban reuniendo frente al restaurante para entrar a comer cuando observaron a la pareja salir con una bolsa en la mano en actitud sospechosa.

Cuando se asoman por la ventana, las empleadas les hicieron señas de que habían sido asaltadas y que habían llamado a la Policía.

Al lugar llegó la patrulla donde viajaban el sargento Víctor Díaz y el agente Osvaldo Correa, este último se bajó y les preguntó a los jóvenes qué había sucedido.

Plaza explicó que ellos le señalaron hacia la verja del restaurante Burger King de Altamira, que conduce hacia el expreso Martínez Nadal, para indicarle el lugar por donde habían huido los atracadores, descritos como un hombre y una mujer.

Los dos jóvenes, para ayudar al policía Correa, brincaron la verja y cuando llegaron cerca de la marginal se les aproximó una patrulla con los biombos apagados y les gritó que se lanzaran al pavimento con las manos sobre la cabeza y ellos obedecieron.

“José y yo estábamos mirándonos de frente, yo en ningún momento le quité la mirada ni él tampoco a mí; la segunda patrulla que llega, uno de los guardias me pone la rodilla en la espalda y le está diciendo a José que no se mueva; nos quedamos con las manos hacia abajo mirando pa’l piso”, detalló el jovencito.

En medio de la situación de tensión, llegaron otros refuerzos con sus armas en las manos, continuó narrando Plaza.

“Llega una tercera patrulla que se bajan los guardias corriendo con las armas en las manos, uno de ellos se resbala y da el primer tiro, todos empezaron a tirarle a José sin él moverse, con las manos en la cabeza”.

Agregó que el policía con el que estaban colaborando para arrestar a los asaltantes les gritaba que no dispararan, que ellos no eran los delincuentes, pero nadie lo escuchó.

“Los guardias le gritaron que no éramos nosotros y el guardia lo que me dijo fue, cuando me puso el arma en la cabeza: como te muevas, también te va lo tuyo. Me cogió por la camisa y me alzó”, atestiguó.

Luego, lo liberaron, pero no le permitían acercarse a José Alberto.

“Cuando voy a chequearlo, ahí empieza a bajar el buche de sangre. Les grité: “Mira lo que ustedes hicieron y pegaron a halarme”, declaró Plaza.

Tuvieron que esperar una hora por la llegada de una ambulancia porque no les permitieron llevarlo a la sala de emergencias.

Para su tío José L. Jorge, parecería que a su sobrino lo querían ejecutar.

“Ellos fueron a ejecutar a una persona, entiendo que una persona que está desarmada, tirada en el piso y le siguen disparando, para mí eso es una ejecución, lo querían matar”, sostuvo entre lágrimas.

El Negociado de Investigaciones Especiales (NIE) del Departamento de Justicia asumió la jurisdicción de la pesquisa.

Fueron desarmados los agentes Abimalec Natal Rosado, quien lleva nueve meses en la agencia, Juan Rosado, Esteban Vidal y Osvaldo Correa.

Según la Policía, al lugar llegaron dos patrullas, sin embargo, Plaza alega que fueron tres y que luego del incidente los implicados abandonaron la escena.

El coronel Rubín, de su lado, quien no quiso aceptar que la Policía cometió un error, reveló que dos sospechosos fueron detenidos esa noche en otro restaurante Burger King de Puerto Nuevo.

“Yo no diría que es un error, yo diría que está bajo investigación”, sostuvo el oficial de la Policía.

El herido había ganado el año pasado tres medallas de oro en unas competencias mundiales celebradas en Las Vegas, soñaba con representar a Puerto Rico en los Juegos Panamericanos.

“ Aquí yo no soy abogado, no soy fiscal, pero alguien está mintiendo y el superintendente de la Policía debe bregar con esto. Lo que pasó aquí estuvo de más, ya es hora de que la Policía, si tiene los pantalones para intervenir en cualquier situación, también tenga los pantalones para admitir si cometieron el error”, sentenció su tío.