A juicio por ligarse a secretaria con bolígrafo espía-VÍDEO
La testigo Mari Dolis Nazario aún no puede creer que el médico, a quien consideraba familia, ha hubiera grabado en el baño.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
PUBLICIDAD
Mayagüez. “Allí no se guardan carteras, allí no se guarda dinero. Es un baño”.
La jueza Legna González García del Tribunal de Mayagüez, encontró causa para juicio contra el dermatólogo Ángel Rivera de los Ríos, de 65 años, a quien se le imputan cinco cargos criminales por grabación ilegal de imágenes con dos cámaras espías, colocadas en el baño privado de su consultorio en la Calle Dr. Basora #60 en Mayagüez.
El licenciado Harry Padilla, defensa del médico de Mayagüez, no logró que se resumiera en un solo delito el acto imputado en cinco cargos contra su cliente, por violación al artículo 168 del código penal. “Yo siempre respeto las decisiones de los jueces”, dijo a su salida de sala, aunque sostuvo que “de aquí a que haya juicio hay mucho que caminar”.
Por su parte, la secretaria del médico y testigo principal en este caso, Mari Dolis Nazario Quíles de 38 años, narró en sala, con suma indignación, que cuando estaba utilizando el baño privado del consultorio “vi algo extraño encima” del gabinete frente al inodoro. “Era un bolígrafo con un tape blanco enrollado. Lo cogí, pero me puse nerviosa y lo puse de vuelta porque eso no era normal, era extraño”. Esto ocurrió el día 4 de junio de 2013.
La secretaria fue donde su compañera de trabajo, Ivonne Toledo, encargada de facturación, “y le dije lo que vi. Cuando ella entró (al baño) y regresó, me dijo que no era uno, sino dos”. El otro bolígrafo espía estaba colocado en el área del papel higiénico, “con unos ganchitos de metal” sin que se viera. La empleada de facturación puso el dispositivo en su computadora y descubrió que mostraba a Mari Dolis en la intimidad del baño.
“Entonces le dije a mi compañera que ‘esto no lo podemos dejar aquí’ y cuando le quite el tape, salió un pen drive’”, narró Mari Dolis.
La empleada se llevó los bolígrafos para su casa, pero no le dijo nada a su esposo. Al otro día se encontraron ella e Ivonne en la PR-100 (en Cabo Rojo) y observaron dentro del auto los vídeos en una computadora portátil, donde grabaron la evidencia que luego llevarían ante la fiscalía.
Narró que pudo observar al médico en el suelo, colocando las cámaras espías en los lugares indicados, vistiendo diferentes vestimentas, por lo que se entiende que se colocaron en diferentes días.
A preguntas de la fiscal Blanca Portela, a Mari Dolis se le quebró la voz al contestar que “se ve cuando entro al baño, me bajo los pantalones, se ven mis nalgas, mis partes, cuando estoy evacuando, orinando...”.
El vídeo muestra a la secretaria en diferentes ocasiones, vestida de diferentes maneras. La víctima asegura que la ropa que vestía se la puso durante el mes de enero de 2013. “No solamente fue una vez” reiteró, aún atónita.
¿Cuál fue su reacción?
Fue un sentimiento bien grande porque además de un jefe, (Rivera de los Ríos) era como de la familia, había mucho respeto, había mucho cariño. Hasta nos preocupamos por su salud.
El lunes siguiente decidió ir a denunciarlo y se entrevistó con la fiscal Portela y la agente Marlyn Álvarez, de Delitos Sexuales de Mayagüez, a quienes les entregó los bolígrafos.
El agente federal forense de Homeland Security, Salvador Santiago, estuvo a cargo de revisar los vídeos bajo una orden de allanamiento. El especialista en crímenes cibernéticos declaróque los vídeos recuperados fueron catalogados como pornografía “porque contienen una mujer desnuda”.
La fiscal destacó que el delito de grabar imágenes dentro de un baño no corresponde a un vídeo de vigilancia. “Allí no se guardan carteras, allí no se guarda dinero. Es un baño”.
La defensa hizo un planteamiento de derecho en el sentido de que “conforme a lo que yo estimo hay lo que se llama un tipo de delito que se configura una sola vez y no cinco, como están hablando en este caso”. El licenciado Padilla explicó que el delito permanente expresado en el derecho penal, atiende a un periodo de tiempo. “Es un mismo delito, una misma persona, un mismo lugar”, expuso Padilla.
Portela refutó el argumento indicando que “hay interrupción de las acciones. No había continuidad. No era un sistema de seguridad”.
Durante todo el proceso, el dermatólogo estuvo acompañado de sus dos hijos y su esposa, a la que tomaba de la mano y acariciaba con cara de preocupado. La lectura de acusación pautada para el 20 de septiembre, y el juicio para el primero de noviembre.