El Negociado de Ciencias Forenses informó ayer al tribunal que tres cabellos, de ocho levantados  en la escena del asesinato de Yadira Delgado Candelaria, ocurrido en el 2006, no son compatibles con los del confinando Eduardo Correa López, quien resultó culpable por ese crimen junto al esposo de la occisa, Tomás Delgado Nieves.

Esos tres cabellos pudieron ser analizados genéticamente en el Negociado porque conservan sus raíces. Existe un cabello adicional que también tiene raíz, pero Ciencias Forenses no ha podido completar su análisis de ADN.

Los otros cuatro cabellos serán enviados a laboratorios en los Estados Unidos porque, al no tener sus raíces, requerirán de un análisis mitocondrial que no se hace en Puerto Rico.

El serólogo Roberto López Arroyo compareció ayer ante la jueza Heidi Kiess, en el Centro Judicial de Arecibo, para informar que realizó los análisis nucleares ordenados por la jueza y que ninguno de los tres cabellos analizados eran compatibles con los de Correa López.

El proceso de enviar a Estados Unidos los cabellos y esperar los resultados  mitocondriales puede demorar cerca de dos meses, estimó Vanessa Mullet Sánchez, abogada del confinado.

   “Estamos bien contentos, de celebración”, dijo Mullet Sánchez. “Sabíamos que esos iban a ser los resultados de los análisis. Obviamente, tenemos que esperar por el resultado del resto de los análisis pero sabemos que al final del día ese será el resultado en cuanto a todos los pelos”, añadió.

Si se concluye que  no pertenecen a  Correa López, el Proyecto Inocencia, que se encarga de la defensa de este confinado, solicitaría un nuevo juicio.

Correa López fue  sentenciado a 111 años de prisión por el asesinato de la joven Yadira Delgado, quien era esposa del coacusado del asesinato y convicto Tomás Delgado.

Este vecino de Arecibo lleva 9 años en prisión.

Delgado Candelaria fue asesinada en su casa, en el camino Delgado del sector Barranca en Arecibo el 29 de noviembre de 2006.

Al momento de su muerte, estaba separada de Delgado Nieves, quien se había mudado a casa de sus abuelos, justo frente de la casa de Delgado Candelaria.

Según la autopsia, la joven madre recibió 108 puñaladas.

El cuerpo fue encontrado en su cama, aunque fue asesinada en el baño de la casa, que quedaba al lado del cuarto de su niña.