Como parte de la investigación del choque mortal frente al caserío El Prado en Río Piedras, el agente Luis Montalvo Ayala, de la División de Patrullas de Carreteras de San Juan, ayudó con el levantamiento de cadáveres y visitó el Centro Médico para conocer el estado de los sobrevivientes.

También visitó la morgue para ayudar con la toma de fotografías de algunas de las víctimas y confeccionó un croquis inicial de la escena.

En el segundo día del juicio que se sigue contra Jonathan Soto Bonilla, conocido como “787", en el tribunal de San Juan, el agente investigador continuó este martes con su relato del triste cuadro que encontró la noche del 1 de febrero pasado.

Contó que el cuerpo de Anthony Saldaña, de 6 años, quien yacía en el pavimento tenía una camisa y traje de baño de colores. A poca distancia, el cuerpo de Laura Vivas, de 73 años, lucía una blusa blanca y un pantalón crema que le llegaba a las "espinillas".

En la isleta, el cuerpo de Laura Montalvo, de 3 años, tenía una "faldita azul".

Ante un jurado compuesto por ocho hombres, cuatro mujeres y dos suplentes, Montalvo Ayala explicó que junto a otros agentes de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones de San Juan, de Servicios Técnicos y la fiscal de la escena, Jimara Gabriel Maisonet verificó los cuerpos de las tres víctimas y luego ayudó a colocarlos en bolsas plásticas color blanco.

"Usé guantes para preservar la escena", respondió a preguntas de la fiscal Maisonet, quien junto a la fiscal Lisette Sánchez Vázquez, representa al ministerio público.

Posteriormente, dos técnicos del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) trasladaron los cuerpos a esa agencia, donde la patóloga Rosa Rodríguez les hizo la autopsia.

El Toyota Camry Blanco, vehículo que supuestamente manejaba Soto Bonilla cuando provocó el accidente mortal, también fue trasladado al ICF para su posterior evaluación.

Una vez se concluyó el trabajo la escena de accidente mortal, el agente, junto a la fiscal Gabriel Maisonet se trasladó al Centro Médico en Río Piedras, para conocer la condición de los otros heridos.

Allí, en la sala de emergencias, visitó a Yaisa Montalvo, de 5 años, la única sobreviviente del accidente.

"La observé con un suero y laceraciones en las piernas. La observó desorientada. No era normal para una niña de su edad", afirmó el policía.

Después se movió al área de la morgue para que el agente de Servicios Técnicos tomara fotografías de Amanda, de 8 meses, y de Génesis Saldaña, de 9 años.

Antes de salir del lugar, recibieron la noticia de que Raisa Calderón, de 21 años, había muerto en la sala de operaciones.

Del Centro Médico, el agente partió hacia el cuartel de la División de Tránsito de San Juan, para elaborar el informe del accidente y los informes de incidentes por cada víctima.

Al igual que este lunes, Soto Bonilla se mantuvo cabizbajo al escuchar el testimonio del agente investigador.

Vestido con una camisa rosa, corbata de líneas y pantalón negro, el joven de 21 años, también siguió con atención los procedimientos en la sala 1103, que preside el juez Harry Massanet Pastrana, y, en ocasiones, conversó con su abogado Federico López Santiago.

Soto Bonilla enfrenta seis cargos de homicidio negligente, dos cargos de lesión negligente, tres infracciones a los artículos de la Ley de Tránsito por provocar un accidente, abandonar la escena, conducir sin licencia y otro cargo por la posesión de un vehículo hurtado.

El juicio sigue el 9 de septiembre próximo, pero el 27 de agosto se celebrará una vista para atender una moción del abogado defensor.