El agente del Negociado de Investigaciones Federal, Rubén Marchand Morales, declaró esta mañana que realizó un registro de la guagua Acura de Pablo Casellas Toro el 16 de julio de 2012, un mes después de que el acusado sufrió un supuesto “carjacking” y dos días después de la muerte de su esposa Carmen Paredes Cintrón.

Casellas Toro consintió a ese registro, donde las autoridades federales identificaron manchas rojas de posible sangre en el interior del vehículo.

En la continuación del juicio por jurado que se sigue contra Casellas Toro por la muerte de su esposa, el agente federal indicó que había gotas de sangre en el guía, cerca de la palanca de cambio, y que había gotas en la consola central que se escurrían hacia el asiento del pasajero.

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"La mayoría de esas manchas estaban en el asiento del chofer y la consola del medio. Eran gotas de 90 grados", afirmó Marchan a preguntas de la fiscal Phoebe Isales Forsythe.

Marchand Morales explicó que en el asiento del pasajero había manchas rojas de posible sangre en el espaldar que parecían haber sido frotadas de lado a lado.

También había sangre en la parte interior de la puerta del pasajero que, además, parecía que había sido frotada.

En el exterior del vehículo, las autoridades identificaron una huella digital "como por donde se abre la puerta".

Ante el juez José Ramírez Lluch, del Tribunal de Bayamón, Marchand Morales, quien para la fecha del “carjacking” era líder de un equipo de recopilación de evidencia, señaló que en el interior del vehículo se encontró una pipa de cristal amarilla, que posteriormente dio positivo a residuos de marihuana.

Pablo Casellas Toro está acusado por el asesinato de su esposa Carmen Paredes Cintrón.

Además, había tres casquillos de bala calibre 380. Dos de los casquillos estaban en el área del pasajero y otro en la parte posterior del asiento del chofer.

A preguntas de Isales Forsythe, el agente federal, que ahora está asignado a una oficina del FBI en Atlanta, Georgia, precisó que luego de ese registro inicial, se procuró una orden de registro y allanamiento para desmantelar el vehículo y rastrear la trayectoria de las balas.

Ese proceso se realizó el 13 de agosto.

De ese análisis se estableció que la guagua tenía al menos 9 impactos de bala, en su mayoría con entrada por la parte trasera del vehículo.

Previamente, el dueño de la compañía Xtreme Computuer, que ofrece mantenimiento al sistema de cámaras de vigilancia de la urbanización Tierralta III, en Guaynabo, Edwin Pantojas Adorno, declaró que los vídeos de la mañana del 14 de julio de 2012 ubican al Mercedes Benz gris de Casellas Toro saliendo del lugar a las 9:12 a.m.

Las imágenes muestran al corredor de seguros regresando a la urbanización a las 9:42 o 9:43 a.m.

Pantojas Adorno también indicó que descubrió que había una discrepancia entre la hora que mostraban las imágenes y la hora real.

"La hora del sistema estaba a atrasada 30 a 31 minutos de la hora correcta actual", consignó el testigo en una certificación que preparó el 16 de julio.

El juicio continúa en la tarde con el testimonio de Marchand Morales.