El costo de mantener la población de confinados en las cárceles del país representa sobre $300 millones anualmente. En Puerto Rico, 11,800 personas están presas y cada una conlleva una inversión de $101 al día.

Con la intención de lograr un ahorro significativo de un 20 por ciento en dicho gasto, el secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación, Jesús González, informó que a partir de este mes un grupo de reos será trasladado a la cárcel Cimarrón, en Oklahoma, donde por ocho meses podrán participar del programa Out of State, que les permite recibir certificaciones en múltiples disciplinas.

“Esto se trata de una alianza con Corrections Corporation of America para ampliar las opciones de educación y rehabilitación de los confinados de la Isla, lo que nos representa un ahorro de 30 a 35 dólares diarios por reo para el Gobierno”, dijo el titular.

Los confinados que deseen participar en el programa podrán certificarse como plomeros, albañiles o choferes y así como tomar clases de inglés, lograr obtener su diploma de escuela superior.

Los presos que participen del programa voluntariamente tienen que haber presentado un buen comportamiento en la cárcel.

“Aquellos que participen podrán mantenerse en comunicación con sus familias a través de videovisitación, para lo que nuestras cárceles tienen el equipo. Eso es una vez a la semana”, agregó el funcionario.

Durante las próximas dos semanas se darán orientaciones que contarán con la presencia de representación de los comités de familiares y se espera que la primera salida de presos para Estados Unidos sea en febrero, en un grupo de 60 participantes. Pueden beneficiarse reos de todas las custodias, aunque el Secretario preferiría que fuesen de máxima seguridad.

“Los reos de máxima seguridad componen el 20 por ciento de nuestra población y, como ellos tienen sólo una hora fuera de la celda, entendemos que esto es una oportunidad para que no tengan tantos ratos de ocio”, subrayó.

En dos años, el Gobierno de Puerto Rico no podrá enviar más de 480 presos a Estados Unidos.

Por su parte, la Asociación Pro Derechos y Rehabilitación del Confinado (Ñeta) apoyó la iniciativa.

Mediante un comunicado de prensa, la asociación Ñeta informó que los confinados “teníamos conocimiento de este programa piloto desde agosto del pasado año, cuando personal del Departamento de Corrección visitó las instituciones de mímina custodia ubicadas en Río Grande y Bayamón”.

Carlos Báez Figueroa, presidente de la asociación Ñeta, señaló que Orlando Rodríguez, quien está a cargo de este proyecto en Corrección, les indicó en esa ocasión que el programa era voluntario y para confinados a los que les quedan por cumplir menos de dos años de sentencia.

“Al momento, unos 40 confinados en la institución 1072 del Complejo Correccional en Bayamón y más de 100 confinados en el campamento penal El Zarzal en Río Grande, se inscribieron en el programa de forma voluntaria. Hasta tanto y en cuanto sea de esa forma y no bajo coacción o amenaza, nosotros respaldaremos a los miembros de la asociación Ñeta que quieran participar de éste o cualquier programa que propenda la rehabilitación de los hermanos confinados”, concluyó Rodríguez.