Vega Baja. Mientras un desconocido se mantiene prófugo de la justicia, librado temporalmente de toda responsabilidad por sus acciones, una familia entera llora la trágica partida de un ser querido que fue arrollado por ese conductor negligente.

Josué Ramos Ortiz, de 30 años, habría salido el domingo en la mañana a disfrutar de la brisa fresca mientras corría bicicleta por la carretera PR-2, acompañado de su amigo Luis Rivera Santiago.

Sin embargo, la diversión culminó abruptamente y toda la felicidad se esfumó cuando fue embestido por un auto, cuyo conductor nunca se detuvo y se fue a la fuga, dejando atrás una trágica escena.

Ayer en la tarde, la familia del fenecido, quien llevaba alrededor de un año y medio practicando el ciclismo, hacía los últimos arreglos fúnebres para el joven, casado con Stephanie Villanueva Sánchez.

La hermana de ésta, Yeidi Villanueva Sánchez, aferrada a la fe cristiana que profesa su familia habló sobre su cuñado, quien se destacaba como inspector del programa de aguas usadas de la Autoridad de Edificios Públicos.

“Esa era su pasión. Él corría todos los días, participaba en diferentes competencias. Él era un atleta y estaba bien envuelto en el ambiente del ciclismo. Él era un hombre de Dios y un muchacho ejemplar”, manifestó la joven en entrevista telefónica.

Agregó que era un “hombre de Dios” ya que asistía a la iglesia Alianza Cristiana y Misionera, en la carretera PR-149 en Manatí.

De hecho, contó que ese domingo -al igual que los demás- este salió a correr bicicleta poco antes de que amaneciera para poder completar su rutina y llegar a tiempo al culto.

En medio del desasosiego, Villanueva Sánchez, afirmó que “los conductores tienen que respetar a los ciclistas y darle su espacio en las carreteras”.

“Esto es un deporte sano, donde las personas se recrean y se ejercitan, sin hacerle daño a nadie y es triste ver que sucedan estas cosas”, agregó.

Los restos de Ramos Ortiz serán expuestos hoy en la iglesia Alianza Cristiana y Misionera de Manatí.