El Tribunal de Apelaciones declaro ayer, martes, que el veredicto en el nuevo caso de Pablo Casellas por el asesinato de su esposa, Carmen Paredes Cintrón, deberá ser por unanimidad, sea en el caso de ser culpable o no culpable por el delito que se produjo en junio de 2012.

Los jueces Abelardo Bermúdez Torres, Grace Grana Martínez y Nery Adames Soto resolvieron un pleito donde revocaron la determinación del Tribunal de Primera Instancia que acogió la petición de la defensa de Pablo Casellas, liderada por el abogado Harry Padilla, donde establecía que el concepto de unanimidad en el veredicto solo aplicaría para condenar, pero no para absolver un caso.

“Lejos de persuadirnos a adoptar su postura, los casos que el propio recurrido presenta, nos inclinan a rechazar sus argumentos sobre la aplicación prospectiva de la norma. No compartimos la interpretación del derecho que le conduce a suplicar la norma de unanimidad para lo que le es favorable, declararlo culpable, pero rechazarla para lo que no le conviene, declararlo no culpable”, lee la sentencia, que consiste de 34 páginas.

El jurado del primer juicio realizado entre 2013 y 2014 contra Casellas Toro, compuesto por seis hombres y seis mujeres, emitió un veredicto de culpabilidad el 30 de junio de 2014 de 11-1. Esto representó que no fue unánime.

“La norma es sencillamente clara, la historia la sostiene, la proporción decisoria del veredicto es exactamente la misma para un veredicto de culpabilidad como para aquel de no culpabilidad”, destaca la resolución.

Dicha sentencia se produjo de una orden que realizara el Apelativo en mayo de 2020 para empezar un nuevo juicio para Casellas Toro, basado en el dictamen del Tribunal Supremo federal en el caso Ramos v. Louisiana. que reconoció que la unanimidad es parte esencial del derecho a un juicio por jurado en las cortes estatales, luego de acoger la solicitud de sus abogados para anular el veredicto.

Casellas Toro enfrenta cargos de asesinato en primer grado, destrucción de pruebas, infracción a la Ley de Armas y ofrecer una declaración falsa sobre un delito, por el crimen de su esposa, que tenía 46 años.

El corredor de seguros se encuentra desde el 21 agosto de 2020 en libertad bajo supervisión electrónica, tras prestar fianza de $2 millones. Reside en la casa de su hija.