Para la periodista Camille Rodríguez, la pérdida de sus únicos dos hijos es un dolor difícil de canalizar, pero más traumático aún es tener que revivir en un tribunal lo que sucedió aquella fatídica tarde del 6 de febrero, cuando sus pequeños Pablo Luis (8) y Camila (6) murieron en un accidente automovilístico en el que figura como responsable la filántropa Elsa Soler.

Tal vez por eso el fiscal de distrito de Fajardo, Francisco Sánchez, le solicitó al juez Francisco Borelli, del Tribunal de Primera Instancia de Fajardo, aplazar para agosto una vista preliminar que estaba pautada para hoy, justificando con sendos certificados médicos que dos de sus testigos principales, incluyendo a Camille, estaban indispuestos para testificar en corte, al menos por el momento. La solicitud fue bien vista por los abogados de defensa Joaquín Monserrate y José Andreu, quienes coincidieron en que la vista se reseñalara para el 20 y 21 de agosto.

Aunque no se detallaron las razones médicas que impidieron la comparecencia de Camille, la demanda civil por daños y perjuicios que la mujer radicó en abril en su cáracter personal y familiar contra Soler habla por sí sola. Y es que el documento legal, suscrito por los abogados Eduardo de Jesús y Ángel Díaz del Valle, expone en detalle cómo Camille y su esposo, Ángel Betancourt, "sufren y siempre sufrirán emocionalmente la muerte de sus únicos dos hijos, y las condiciones traumáticas y trágicas en las que éstos murieron".

La demanda - en la que se solicita una compensación cercana a los $12 millones y que incluye también al esposo de Soler, Reynold López, y sus respectivas aseguradoras- alude a las consecuencias físicas y emocionales que la tragedia provocó en el matrimonio.

"Don Ángel vivió el proceso de luto, velatorio y enterramiento de sus hijos sin el apoyo de Doña Camille, la cual yacía entubada en el hospital", lee el documento al describir que a causa del impacto la mujer de 34 años requirió una operación exploratoria en el área abdominal, reconstrucción de vejiga, fracturas de sus caderas, pelvis y columna vertebral, así como lesiones en sus piernas, brazos y cabeza.

En cambio, la parte más conmovedora del informe es cuando se expresa el inmenso vacío y lo incierto que es para el matrimonio recuperarse "luego de que les arrancaran lo que para cualquier padre o madre equivale a su corazón: sus únicos hijos amados".

"Que nunca podrán volver a disfrutar de las risas de sus hijos, sus caricias y su compañía. Que quedaron truncos los sueños y esperanzas de verlos crecer y triunfar", manifiesta la denuncia.

Para severidad de la situación, se revela que Pablito y Camila habían sido los únicos hijos que la pareja deseaba procrear y que toda posibilidad de tener nuevos hijos biológicos se anula pues ambos fueron sometidos a operaciones de esterilización.

El sufrimiento de la familia se extiende también a los padres de Camille, Carlos Rodríguez y Mildred Báez, quienes también figuran como demandantes.

"Estos abuelos en su edad madura han tenido que sufrir la pérdida de la vida de sus nietos, toda esperanza de verlos crecer y disfrutarlos como lo hacían en una relación estrecha como la que mantenían, donde a diario luego del colegio les visitaba", se detalla en la demanda que tiene que ser contestada por los abogados de Soler antes del 8 de junio.