La comisionada del Negociado de Ciencias Forenses (NCF), María Conte Miller, reveló hoy que cinco de los siete casos sospechosos de contagio con el COVID-19 a los que se les hizo la autopsia arrojaron resultados negativos en las pruebas para su detección.

Los casos más recientes, los cuales se encuentran pendientes de los resultados, son el de una mujer de 73 años que murió ayer, jueves, en su residencia en Caguas y el de un hombre de 38 años que falleció en su hogar, ambos con la sintomatología compatible del virus.

Los casos que arrojaron resultados negativos son el de una nutricionista de Carolina, una mujer de 47 años recluida en el Hospital Metropolitano, una mujer de 84 años de Ceiba, otra mujer de 84 años recluida en el Hospital Cardiovascular y un niño de tres años que tenía condiciones genéticas y pulmonías frecuentes.

A su vez, negó que estén rechazando casos sospechosos de contagio con el COVID-19 como lo denunció presidente de Celestium The Crematory, Emanuel Rodríguez Castellano. Conte sí aceptó que ha habido un aumento en las cremaciones.

La patóloga indicó que el NCF, por disposición de la Ley 20 del 2017 que crea el Departamento de Seguridad Pública, no tiene jurisdicción necesariamente en casos de muertes por causas naturales, pero sí están obligados a realizarles autopsia a los fallecidos mediante asesinato, accidentes de tránsito y sobredosis y aquellos casos de decesos súbitos de personas jóvenes.

“La mayor parte de los casos de COVID, entiendo, si fallecieran será en hospitales, porque son personas que han tenido síntomas lo suficientemente severos como que han requerido una hospitalización, en cuyo caso será hecha la prueba en el hospital y certificada por el médico del hospital. Por lo tanto, ese caso no será referido a Forense”, explicó Conte Miller.

Ante la situación del COVID-19, el protocolo del Departamento de Salud (DS) y del “task force” de médicos creado por el gobierno, el NCF le realiza autopsias a casos de personas que mueren en un hospital con síntomas similares a los cuales no se les realizaron las pruebas nasofaríngea y orofaríngea, al igual que aquellas personas que fallecen en sus hogares con un cuadro clínico similar los cuales no fueron diagnosticados.

“Si ocurriera una muerte en la casa de una persona, y esa persona tiene la sintomatología, y a esa persona no le han hecho la prueba y no hay un médico que certifica, ese caso sí está siendo aceptado por Forense y eso no lo digo yo de palabra, eso está escrito en el protocolo que hizo el Departamento de Salud y que hizo el grupo de trabajo que nombró la gobernadora para trabajar con la situación del COVID”, indicó la doctora.

Conte Miller atribuye el aumento en las cremaciones al hecho de que como los funerales no se pueden llevar a cabo como se acostumbraba, cada vez más las familias optan por utilizar el método de la cremación para la disposición de cadáveres.

La documentación de todos los casos de cremaciones, incluyendo aquellos que tuvieron problemas respiratorios, es evaluada previamente por un patólogo del NCF antes de autorizarlas.

Utilizó como ejemplo el caso de la mujer de Aguadilla de 48 años, que es la tercera muerte causada por el contagio con el virus. Los documentos y el acta de defunción fueron evaluados por el negociado y se confirmó que la prueba se le hizo en vida, pero que sus resultados positivos llegaron luego del deceso.

“Como estamos conscientes de la situación del COVID, cuando Forense está evaluando documentación si un caso por el diagnóstico que ha puesto el médico, le parece que hay una sospecha de que pudiera ser un caso relacionado uno se percata primero de que se le haya hecho la prueba correspondiente”, puntualizó Conte Miller.

Sobre los contagios post mortem, comentó que el virus se comporta como los demás y se transmite entre personas vivas, porque requiere que la persona tosa, estornude y esas secreciones se propaguen.

“Como pierde esas funciones, no hay probabilidad de contagio... el cadáver no tiene la posibilidad de infectar como infecta a un vivo porque el virus se transmite cuando la persona estornuda o cuando la persona tose. El cadáver no es un transmisor efectivo, pero eso no quiere decir que si la persona se murió de eso nosotros no lo detectaríamos con la prueba”, afirmó.

Finalmente, indicó que cuentan inventario suficiente para atender estos casos y se están adquiriendo equipos nuevos de protección.

La cifra de casos de COVID-19 alcanzó los 79 de acuerdo con las estadísticas del Departamento de Salud publicadas hoy, viernes.