Aguadilla.  Alguien lo vio todo y sabe lo que pasó, pero prefiere callarse.

Esa es la sospecha en torno al accidente que sufrió un joven de apenas 17 años de edad que corría su patineta el pasado 9 de julio, y fue salvajemente atropellado y dejado tirado en la carretera, sin que nadie haya dado un paso para decir qué fue lo que ocurrió.

El adolescente casi pierde la vida cuando transitaba a eso de las 7:50 p.m. por la carretera 466, a la altura del kilómetro 1.2 del barrio Guerrero en Aguadilla.

Gabriel Ruiz González fue encontrado tirado en suelo herido gravemente, con fracturas en el hueso superior de un ojo, contusiones graves en la mano derecha y la pérdida de la piel al grado en que dejó al descubierto sus tendones.

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“Él está en la unidad de Trauma del Centro Médico en Río Piedras, donde le hicieron una operación de la piel para salvarla”, narró Lymari González, la angustiada madre de Gabriel, quien hace el llamamiento a la cooperación ciudadana para que ofrezca cualquier información que ayuda a las autoridades a dar con el paradero del conductor que arrolló a su hijo.

“Todavía hay momento en que entra en (estado) de shock. En el momento (dice) que no sintió el cantazo. No vio ni cuando venía la persona. Lo que si me dijo fue que miró para atrás y vio un carro, y cuando vuelve a mirar al frente, lo impactan”, detalló la mujer.

Fueron unos vecinos que quedan frente al lugar del accidente, donde  había una panadería,  quienes escucharon un estruendo. 

Cuando miraron, alegadamente vieron al carro alejarse, y al volver a mirar bien el pavimento, se percataron que el joven yacía en el suelo y acudieron a su ayuda.

En el lugar solo se encontró el retrovisor derecho, color negro y compatible con un vehículo Honda Accord  color gris oscuro con verde.

“¡Él le dio un cantazo y se fue!”, exclamó la madre, que condenó el acto de negligencia.

Gabriel fue transportado esa noche al hospital Buen Samaritano, donde fue atendido y luego referido al Hospital Centro Médico en Río Piedras.

“Él está estable, gracias a Dios. Tiene la manita mala y una fractura en el hueso de arriba del ojo. Nos contó el médico que le va a sellar bien, pero la mano derecha, que fue donde más recibió el impacto, la tiene malita”, explicó Lymari, quien desde el día del accidente no ha podido ver a su hijo porque está recluido a casi dos horas de distancia de su hogar.

Según dijo, por su tranquilidad, su esposo es quien va y viene del hospital, donde los médicos esperan por que le pegue la piel de la mano que le fue operada el lunes. 

De no resultar el procedimiento, tendrá que regresar a cirugía.

“Está tristón todavía. Tuvo una conversación conmigo el viernes, cuando lo fui a ver, pero de momento como que entra en shock”, acotó la madre.

El joven, quien reside en la urbanización Jardines de Guerrero, lleva practicando el deporte de patineta unos cuatro años. 

Su accidente fue comentado ampliamente por las redes sociales, luego que una tía colgara su foto con una breve descripción, solicitado cooperación ciudadana para identificar al  responsable de haberlo arrollado y no detenerse. 

Tras la noticia correr como pólvora, Lymari aseguró que alguien le escribió informándole que “la persona (responsable) está en el área”, sostuvo.

“A mí me escribió alguien que yo no conozco, diciendo que habían vista a la persona salir de un lugar”, sostuvo, sin tener más detalles. “Cualquier persona en el área de Guerrero, San Antonio o La Charca en Aguadilla  que conozcan a este vehículo, que lo vean transitar, o a algún familiar de esa persona, que llame al cuartel de San Antonio al 787-890-2020. Se lo vamos a agradecer”, acotó.

El agente Josué Concepción del Precinto Ramey San Antonio, investiga el accidente.

Para confidencias, llame al 787-890-2020 o 787-343-2020.

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