El Ministerio Público y la defensa de Francisco Xavier Torres Mojica, acusado de asesinar a su madre, la enfermera Jeanette Mojica Rivera, aún no han llegado a un preacuerdo para decidir el futuro del caso en la sala del juez Francisco Borelli Irizarry, en Carolina.

Hoy, ambas partes le indicaron al juez, en una vista de estatus de procedimientos, que las negociaciones continúan, aunque por la naturaleza del caso son complicadas, y que se dirigen a buen término.

Al final es el Departamento de Justicia -incluso podría haber intervención de la secretaria Dennise Longo- el que avalará o no el resultado de las conversaciones.

La próxima vista fue pautada para el 26 de marzo, a las 10:00 a.m, en la sala 203.

Como en las vistas anteriores, el joven de 16 años, pero que es juzgado como adulto por los hechos ocurridos el pasado 25 de mayo en Canóvanas, estuvo en sala, esposado.

Allí se supo que Torres Mojica, quien enfrenta tres cargos: asesinato en primer grado, violación a la Ley de Armas y disposición de evidencia, ha restablecido comunicación con familiares cercanos por parte materna.

El licenciado Omar Barroso dijo en sala que la fiscalía “nunca tiene las puertas cerradas” para disponer de este caso, según lo pidió la defensa, sin tener que pasar la prueba.

Luego dijo a Primera Hora que lo que pasó con Mojica Rivera fue “muy fuerte pero también tenemos que tener en cuenta los sufrimiento de esta familia de revivir los actos, porque muchos de ellos serían testigos”.

Barroso indicó que lo que se consiga depende de la naturaleza de cada caso y “este tiene unas particularidades. Esta es una persona menor de edad al momento de cometer los hechos; la víctima es la mamá de esa persona… pero todos los escenarios (que están evaluando) envuelven un tiempo sustancial de cárcel”.

Tampoco se descarta una probatoria extendida luego que termine de cumplir cualquier tiempo en la cárcel “que no va a ser uno pequeño”, expresó el fiscal.

De su parte, la abogada de la defensa de la Sociedad para la Asistencia Legal, Laura Coss Guzmán, reiteró a Primera Hora que como parte de un futuro acuerdo se podría “rebajarle algún delito, rebajarle la pena; incluso pensar en la posibilidad de que se pueda beneficiar de algún programa”.

Torres Mojica enfrenta 99 años de prisión en dos de los cargos -en los que cumpliría penas concurrentes-, pero por el de asesinato en primer grado debe cumplir doce años adicionales.

Aunque ya han pasado más de seis meses desde que se cometió crimen, no hay posibilidad de un habeas corpus ya que el joven cumple cárcel por otro delito.

Precisamente una disposición que se puso en el tribunal de Fajardo, donde se dilucida ese caso bajo un proceso de menores, incluyen una evaluación sicológica y física para conocer sus necesidades.

La abogada Coss Guzmán, dijo en sala que los servicios terapéuticos que está recibiendo el acusado ha provocado que resurja la comunicación entre la familia “y siento que le han dado un nuevo aire”.

La licenciada dijo a este dario que luego de los hechos él se sentía “sin familia y se ha dado cuenta que hay personas que lo aman incondicionalmente y que van a estar ahí para él”.

Dijo emocionada que ha visto “un ejemplo de compasión” en esta familia, “que no está en negación” pero que también reciben terapias.

De otro lado, la abogada de la defensa aprovechó en medio de su alocución en sala para agradecerle al fiscal que la familia de la occisa pudiese tener el auto de esta, el mismo que el joven presuntamente usó para arrojar el cuerpo en un solar yermo.

La vivienda donde vivían ambos fue alquilada inmediatamente luego de la muerte y se dispuso de todo lo que había en ella.

Por eso los familiares querían el auto, para por lo menos tener algo que fue propiedad de la víctima.

El juez Borelli Irizarry, quien como en la vista pasada dijo que este era un caso doloroso porque se trata de una misma familia, dijo que la posesión de ese auto es “parte del duelo”.

También mencionó que es importante que haya reparación entre las partes y que se dé un proceso de sanación y entendimiento.

Los hechos para este juicio se remontan a mayo pasado cuando Torres Mojica, según salió a relucir en la vista preliminar, confesó a unos agentes haber matado a su madre en la residencia que compartían en el barrio Campo Rico de Canóvanas.

Presuntamente, indicó que tras sostener una discusión con ella, al reclamarle por haber consumido marihuana en una actividad, la empujó y luego la apuñaló. Posteriormente, arrojó el cuerpo en un solar yermo, a donde condujo a la Policía para su recuperación.