Los incidentes investigados mediante alertas del Sistema de Detección de Disparos del Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR), disminuyeron el año pasado en un 67%.

Las razones son diversas y se atribuyen a la pandemia ocasionada por el COVID-19, la eliminación de la cobertura en Cayey, la merma en el personal asignado y la ocupación de casi mil armas de fuego.

De acuerdo a las estadísticas oficiales, en el año 2020 se atendieron 3,679 avisos, que comparados con la cantidad de 1,212 que se investigaron en el 2021, representa una diferencia de 2,467 menos.

Un estudio realizado por el NPPR reveló que el área más activa en cuanto a detección de disparos desde vehículos en movimiento en horas de la noche se encuentra en la zona que comprende el final de la avenida Jesús T. Piñero hasta el Ramal 8, en Río Piedras. Las razones de este hallazgo se analizan.

En la actualidad, estos sensores de audio (ShotSpotter), que constituyen una herramienta valiosa para la investigación criminal, se instalan por milla cuadrada en zonas no reveladas para tratar de identificar y localizar el origen de los disparos.

Estos dispositivos cubren el área policíaca de San Juan -incluyendo a Río Piedras-, Carolina –cubriendo Trujillo Alto–, y el área de Bayamón. Actualmente, se hacen en gestiones para agregar algunos sectores en Manatí.

Sin embargo, estos detectores de audio no son para colocarlos en zonas de alta incidencia criminal, sino que el programa establece que deben ser instalados en las inmediaciones de los residenciales públicos para su seguridad y en la vía pública.

La Oficina de Detección de Disparos le responde a la Superintendencia Auxiliar de Operaciones de Campo (SAOC), pero operacionalmente ya labora junto al Negociado de Drogas, Narcóticos, Control del Vicio y Armas Ilegales, al que será reasignado una vez se complete la creación de la Superintendencia Auxiliar de Operaciones Especiales (SAOE), proyectada para el primer trimestre de este año.

Tendrán más recursos

El teniente coronel Carlos Cruz Burgos, director del SAOE, aseguró que se le asignarán más recursos para ampliar sus funciones y está en planes la renovación de la flota como parte de los esfuerzos para aumentar su efectividad. Las 16 patrullas con las que cuenta datan de los años 2015 y 2016.

“Con los cambios y los procesos, ha habido una reducción del personal, pero precisamente por eso el comisionado nos dio la encomienda de que absorbiéramos esta división. Al unirlos al Negociado de Drogas van a haber unos recursos asignados a la unidad, pero podemos hacer planes en unión a las divisiones de drogas, ahí aumentaría la capacidad de personas, hacemos planes en conjunto porque con el ShotSpotter nosotros podemos puntear los lugares de mayor incidencia de disparos y concentrarnos con los planes del Negociado de Drogas y otras unidades para atacar la problemática de armas ilegales”, detalló Cruz Burgos.

Además, dijo que van a asignar al equipo un perro de la Unidad Canina (K-9) con su manejador como refuerzo.

El promedio de reacción se agilizó debido a que en los retenes de los cuarteles tienen el sistema de alerta, y los agentes tienen una aplicación en sus teléfonos celulares que les envía la posición exacta donde ocurrieron las detonaciones.
El promedio de reacción se agilizó debido a que en los retenes de los cuarteles tienen el sistema de alerta, y los agentes tienen una aplicación en sus teléfonos celulares que les envía la posición exacta donde ocurrieron las detonaciones. (suministrada )
Responden en menos tiempo

La información que provee el sistema, que describió como uno de “vanguardia”, será de gran ayuda para delinear las estrategias para atajar el tráfico de armas ilegales.

“Nosotros, al momento, sabemos dónde se está haciendo un disparo con certeza, hay espacio para mejorar, por eso es que estamos viendo este movimiento de la unidad al Negociado de Drogas porque ellos trabajan directamente con lo que es la utilización de armas, yo creo que es una visión que tiene el comisionado que es acertada. El sistema por sí solo lo que nos da a nosotros es la oportunidad a reaccionar, pero sí, ese recurso humano que vamos a tener nos va a ayudar a complementar esa tecnología”, subrayó Cruz Burgos.

El promedio de reacción se agilizó debido a que en los retenes de los cuarteles tienen el sistema de alerta, y los agentes tienen una aplicación en sus teléfonos celulares que les envía la posición exacta donde ocurrieron las detonaciones, con un mapa del sector que cubre los 360 grados de la zona y los conduce a la escena. De este modo nunca llegan solos ya que otras unidades también reciben el aviso.

Anteriormente, el tiempo para emitir una alarma al Cuartel General y movilizar patrullas tardaba entre 27 y 40 segundos.

El año pasado fueron alertados por medio del programa de escenas de 53 asesinatos, una diferencia de 18 más que en el 2020. Igual ocurrió con las agresiones, que aumentaron en 23 casos. Mencionó que su importancia es que se disminuye la posibilidad de que se altere una escena y hasta salvar vidas.

Cruz Burgos observó que cada vez es más común que la ciudadanía no llame a las autoridades para reportar muertes violentas.

En el 2021 se registraron 616 asesinatos, 72 más que en el 2020. El 71% de los crímenes ocurrió en la vía pública y el 90% se cometió con armas de fuego.

Por su parte, el comandante Wilson Lebrón, director del Negociado de Drogas, Narcóticos, Control del Vicio y Armas Ilegales, detalló que la división tuvo participación activa durante la ejecución del operativo 100X35, en el que arrestaron sicarios y se desarticularon organizaciones dedicadas al narcotráfico.

De hecho, en lo que va de año ya han arrestado a cinco personas, entre ellos un gatillero de la zona metropolitana, acusado en el foro federal durante la madrugada del 9 de enero.

El año pasado reportaron 16 arrestos, siete más que en el 2020.

Los agentes recibieron la llamada sobre detonaciones e intervinieron en las inmediaciones del residencial Manuel A. Pérez, con John A. Cruz Ramírez, quien manejaba una guagua Kia Sport, color blanco, del 2016, donde ocuparon una pistola Glock calibre .40 que figuraba como hurtada en Guayama, la cual estaba alterada para disparar como automática; tres cargadores y 41 municiones.

El programa distingue entre fuegos artificiales u otros sonidos con precisión, establece la cantidad de disparos, las ráfagas, los calibres, la cantidad de personas que están disparando y si se hace desde una motora, un vehículo u otro medio de transporte.

En caso de que en su sede en California los peritos tengan duda, envían a otro buzón una alerta rosa para que se investigue.

Son mínimos los casos de falsas alarmas, unas seis o menos anualmente, o casos en los que se encuentren casquillos, pero no se detecte el sonido, que suele afectarse donde abundan los edificios, que constituyen una barrera.

Anticipó que hay proyectos pendientes de su desarrollo para el uso de mayor tecnología.

El centro de vigilancia del sistema computarizado ShotSpotter, que es el nombre de la compañía que fue contratada por el Departamento de la Vivienda (DV) en el 2013, estuvo en operaciones hasta septiembre del 2017, cuando colapsó el sistema tras el paso del huracán María. Para ese período, se habían investigado 2,446 incidentes.

El 28 de diciembre del 2019, el DV firmó un contrato de $4.7 millones por un período de tres años, que está vigente.

El NPPR se encarga de asignar el personal y la agencia de comprar los vehículos equipados con computadoras.