Un bebé de 21 meses de nacido murió ahogado a eso de las 11:28 a.m. de este viernes en la piscina de su residencia, en la comunidad Los Ranchos de Guayama, en Salinas.

En el lugar vive desde hace poco menos de dos meses una familia con tres hijos de 4,7 y 9 años, con su madre, que es una enfermera haitiana y su papá un ingeniero Alemán.

El hombre tenía la custodia de sus dos nietos de 2 y 1 año y medio de edad, de la cual se le había privado a un hijo que vive en el estado de Florida.

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Durante el día de hoy, la enfermera se disponía a recoger a su esposo con quien lleva una relación de 11 años. en el aeropuerto procedente de los Estados Unidos. Montó el primer niño y mientras continuaba, fue a la segunda planta para buscar a los demás y notó que el más pequeñito no estaba.

“Ella notó que le falta uno, cuando ella rompe a buscar y a buscar se acuerda de la piscina, entonces ella mira y lo encontró flotando”, detalló el teniente Luis López, director de la División de Homicidios del CIC de Guayama.

Como es enfermera le dio los primeros auxilios y llamó al Sistema de Emergencias 9-1-1 y a sus vecinos. Cuando llegaron los paramédicos certificaron la ausencia de signos vitales, agregó el teniente.

El cuerpo del niño no presenta signos de maltrato, observó López, quién se reafirmó en que se veía bien cuidado.

Investigadores del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) trabajaron la escena.

También se notificó al Departamento de la Familia que según dispone el protocolo tiene que llevar a cabo sus entrevistas e investigación.

El agente Joseira Rivera Ortiz, adscrito a la División de Homicidios investiga la escena junto con los fiscales Alba Bermúdez, de la Unidad Especializada y López.

La División de Homicidios de Guayama junto al fiscal de turno, activó su protocolo para estos casos.

También se notificó al Departamento de la Familia.