Brutal crimen contra niña puertorriqueña
Se espera por la autopsia para poder identificar 100% a la niña.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Eran las 5:00 de la tarde del pasado viernes, cuando la pequeña puertorriqueña Jorelys Rivera, de siete años, fue vista por última vez. Minutos antes se encontraba en el área de juegos de su complejo de vivienda de River Ridge en la ciudad de Canton, en Georgia. Caminó hacia su apartamento para buscarles algo de tomar a sus amigas, pero no regresó.
Tres días después, el cuerpo desfigurado, golpeado y con signos de abuso sexual de Jorelys fue hallado en un contenedor de basura en el área del complejo donde vivía.
La desaparición de la menor, que cursaba el primer grado, atrajo la atención de los medios de comunicación del estado de Georgia. Se distribuyeron sus fotografías. Las imágenes la mostraban feliz, con una hermosa sonrisa. Las autoridades del condado de Cherokee, donde sitúa Canton, pidieron la colaboración del público. ¿Quién ha visto a Jorelys? Detrás de la foto de la menor se desarrolló una historia más compleja, con muchas interrogantes.
El pasado jueves por la noche, la madre de la menor salió a trabajar a una fábrica y dejó a Jorelys y a sus dos hermanos pequeños bajo la custodia de una niñera. Pero cuando la madre regresó a trabajar, el viernes por la mañana, los niños ya se encontraban en la Escuela Elemental Canton.
Todo andaba bien o, por lo menos, así aparentaba. Los niños regresaron de la escuela. Jorelys fue al área de juegos. A eso de las 5:00 de la tarde del viernes, la niña camina hacia su apartamento. No regresa.
En la misma noche del viernes, las autoridades de Canton son notificadas sobre la desaparición. Comienzan de inmediato la búsqueda en River Ridge y en las inmediaciones del complejo, pero no encuentran a la niña. No ha pasado un día y la Policía notifica a los medios de comunicación para difundir los datos de la niña boricua. Nada. No hay rastro.
El sábado, la historia toma un giró más urgente. Las autoridades establecen un centro de control de mando y la búsqueda continúa mientras que los otros dos menores son removidos de la casa de la madre de Jorelys como medida preventiva.
Las autoridades comienzan a barajar varias posibilidades en torno a la desaparición. Verifican el registro de ofensores sexuales del condado y quiénes de los convictos podrían vivir cerca de River Ridge o podrían haber tenido acceso a la víctima. Cada minuto cuenta.
La niña podría encontrarse cerca, pero la Policía no da con ella. Registran un vehículo tipo van de la familia y un dique cercano. Las autoridades vuelven a solicitar la ayuda del público y la intervención del FBI.
Se descarta que la madre de la menor guarde alguna relación con su desaparición, pero aun así se decide en una vista remover la custodia de sus dos hijos más pequeños. Mientras tanto, un equipo especializado en búsqueda de niños desaparecidos en Georgia comienza a trabajar sin parar para dar con alguna pista de la menor.
Los medios de comunicación comienzan a reportar, a eso del mediodía de ayer, que en un solar en Reinhardt College Parkway ha sido acordonado por las autoridades con cinta adhesiva. En las imágenes de televisión, se ve a lo lejos un contenedor de basura industrial. Comienzan los rumores, las especulaciones.
Dentro del perímetro establecido por los investigadores se comienza a rebuscar entre la basura del contenedor que las autoridades sacaron del complejo de River Ridge, donde residía la niña, para realizar la búsqueda. Se procede a sacar la basura y, poco después, se encuentra el cuerpo desfigurado de la menor.
“Esto va ser un crimen muy pero que muy horrendo. Estoy convencido de ello después de haber visto el cuerpo”, indicó el director del Negociado de Investigaciones de Georgia, Vernon Keenan, a los medios de comunicación.
La autopsia confirmaría la identificación de la niña y su causa de muerte, pero los investigadores aportaron datos generales que apuntan a que la menor fue brutalmente golpeada. El cuerpo se describió como “desfigurado”. Se dijo, además, que la niña presentó signos de abuso sexual.
Las autoridades aseguraron que continuarán invirtiendo gran parte de sus recursos para la captura del asesino y que se continuará verificando con los ofensores sexuales de la zona para determinar quién pudo haber matado a Jorelys.

