La Asociación de Bancos de Puerto Rico se encuentra redactando un protocolo para establecer un código de vestimenta, como una medida para hacer difícil el acceso de los asaltantes a instituciones financieras.

El presidente del task force de Fraude de la entidad, Juan B. de la Cruz, informó a Primera Hora que esperan esta semana comenzar a discutir con los oficiales de seguridad y la Junta de Directores de la Asociación el borrador del documento para escuchar sus recomendaciones.

La medida pretende evitar que las personas entren a los bancos con gorras o sombreros, gafas oscuras -a menos que sean recetadas- o abrigos muy voluminosos.

“Una vez esté el protocolo preparado, se someterá a la evaluación del secretario de Justicia para que le dé el aval y certifique que no hay conflictos legales o violación a los derechos constitucionales”, observó De la Cruz.

La incidencia de asaltos bancarios este año, a juicio del funcionario, está controlada, ya que se iguala a la estadística del 2009 y en su mayoría los casos han sido esclarecidos o están a punto de esclarecerse, como serían los casos que se le imputan al ex policía Ricardo Rivera Rodríguez.

“Entendemos que está controlado. Obviamente, si no hubiera existido esta ganga de Los Dominicanos, este año estuviéramos por debajo del año pasado, pero son tendencias que no podemos evitar, sólo arrestándolos”, observó.

De la Cruz indicó que no existe un patrón o perfil establecido entre los asaltantes que cometen estos delitos en los bancos, pero que han conocido de casos de miembros de pandillas que, luego de ser desarticuladas, al que queda en libertad le corresponde asaltar el banco para sufragar la representación legal de los demás.

Agregó que la recompensa que ofrece la Asociación, de hasta $25 mil, se honra y ha sido una herramienta importante para el esclarecimiento de los robos.

La remuneración puede ser desde $1 hasta los $25 mil y es la División de Robos a Bancos la que establece la cantidad del pago que será entregado, ya que es necesario que la información lleve al arresto y la convicción del sospechoso, según lo certificó el funcionario.

El mayor disuasivo, desde el punto de vista preventivo, es el adiestramiento que se le está impartiendo al personal de los bancos sobre cómo proceder en caso de que observe a un sospechoso. También la comunicación entre sucursales ha probado ser una herramienta.