Cabos sueltos en la muerte de Lorenzo

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
PUBLICIDAD
Un agente del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y un ingeniero de la compañía General Electric compartieron con la madre del niño Lorenzo González Cacho la madrugada del martes, cuando el menor fue presuntamente asesinado a golpes y con un arma blanca.
En la exclusiva residencia de la calle Brumosa de la urbanización Dorado del Mar, los agentes junto a técnicos del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) ocuparon el miércoles una pipa de crack y una cápsula vacía con residuos, además de otras pertenencias de uno de los visitantes, como parte de la evidencia recopilada, supo Primera Hora.
El agente federal William Marrero Rivera compareció el jueves al atardecer a la Comandancia de Bayamón acompañado del abogado Carlos J. Pérez Rivera y se limitó a confirmar que estuvo hasta la una de la madrugada compartiendo en la residencia de Ana I. Cacho González, sin detallar cuál fue el propósito de su visita ni responder si tenía una relación sentimental con ella.
Además, el agente de ICE le dijo a los investigadores que el ingeniero Jesús Genaro Camacho fue quien se quedó en la residencia cuando él se marchó.
Sin embargo, Genaro Camacho alegó en la fiscalía que fue él quien abandonó la casa a la una de la madrugada y quien se quedó fue Marrero Rivera.
La pesquisa ha establecido que las dos personas estuvieron en la residencia al menos hasta la una de la madrugada a base de las entrevistas a los dos hombres.
La madre del niño había declarado inicialmente a los investigadores que a eso de las 2:00 a.m. fue a la habitación donde dormía Lorenzo Ahmed con su hermanita de cinco años y apagó el televisor, sin notar nada irregular, y que no fue hasta las cuatro de la madrugada que la niña le avisó que el menor estaba herido.
Como parte de la investigación, la fiscalía expidió varias órdenes para obtener los registros de las llamadas efectuadas por la mujer, ya que se sospecha que después de las 2:00 a.m. se comunicó con uno de sus invitados.
Otro dato por corroborar es la hora de llegada del menor al CDT de Dorado.
El inexplicable asesinato del niño de ocho años también provocó un choque entre sus padres que terminó ayer ante la consideración del Tribunal de Bayamón.
Mientras el cadáver del niño era expuesto en la funeraria Ehret, de Río Piedras, y se disponían a cremarlo anoche, el padre del menor, Ahmed Ali González Sánchez, a través de su abogado y primo Carlos J. Sánchez Román, radicó un interdicto preliminar en oposición a que su hijo fuera cremado como lo había decidido la madre.
La jueza Janet Perea lo declaró ha lugar y ayer en la tarde, durante una vista presidida por el juez Ángel Pagán, la abogada de la madre, Ana C. Díaz, y el licenciado Sánchez le entregaron al tribunal un acuerdo firmado por las partes para que el menor sea sepultado hoy.