En un intento por demostrar cómo el notorio Ángel Ayala Vázquez utilizaba distintos testaferros para lavar activos procedentes del narcotráfico, la Fiscalía Federal consignó la manera en que se habían comprado decenas de vehículos en distintos concesionarios de autos en la zona metropolitana.

En el decimotercer día del proceso judicial contra el Bóster, quedó al descubierto cómo diversas firmas de profesionales recibieron pagos en efectivo que fluctuaron entre los $1,000 y $3,000 por la compra de cada auto que se obtuvo mediante el esquema fraudulento.

El primero en ser llamado al banquillo de testigos durante el día de ayer fue Israel Laureano Encarnación, presidente de la compañía Laureano Insurance, quien confirmó cómo les había provisto cubiertas de seguro a vehículos de un sujeto identificado como Alberto Meléndez, quien figura entre los miembros de la organización criminal de “Angelo Millones” que fueron arrestados por las autoridades federales.

Bajo el nombre de Meléndez y de su esposa se registraron unos 11 autos, entre ellos varios modelos BMW, un Mercedes, un Acura MDX y una Subaru Impreza. Según la evidencia presentada por la Fiscalía Federal, el sujeto sirvió de intermediario de la organización criminal que les pagaba a los ciudadanos que prestaron su nombre y crédito para la compra de autos.

Durante el interrogatorio de Laureano Encarnación, se presentaron documentos sobre los vehículos que habían sido adquiridos por varios compradores. “Cuando el vehículo no tenía financiamiento, la póliza anual se pagaba en cash. El que la pagaba era Alberto Meléndez”, indicó el presidente de la empresa aseguradora.

Luego de concluir el testimonio de Encarnación, la fiscalía llamó al ingeniero Miguel Salas Rodríguez.

El testigo aseguró que dio su firma para la compra de cinco vehículos. Uno de ellos un Mercedes que fue comprado en el Garaje Isla Verde.

Precisó que recibió de mil a tres mil dólares por cada automóvil y señaló que en cada ocasión que visitaba el concesionario para la compra del automóvil se encontraba con Meléndez. “Todo estaba hecho, daba mi firma y él me entregaba el dinero”, señaló.

El ingeniero sostuvo que comenzó a recibir llamadas telefónicas de los bancos, ya que las cuentas de los carros no se estaban pagando y terminó con una deuda de $30,000, que actualmente intenta saldar.

La ex novia de Salas Rodríguez, Areny Mar Ortiz Báez, una vendedora, indicó que también compró dos Acura, un Mercedes Benz y un Jeep Wrangler Unlimited Rubicon. La testigo indicó que compró los vehículos de la misma manera y que recibió pagos que fluctuaron entre los dos y tres mil dólares.

“En ocasiones le pregunté (a Meléndez) para quién eran los vehículos y él me dijo que eran para profesionales que no tenían crédito”, mencionó Ortiz Báez.

Al igual que Salas Rodríguez, Ortiz Báez dijo que también recibió numerosas llamadas de instituciones financieras por las deudas morosas y que contrajo deudas que ascendieron a más de $17,000.

“Llamé (a Meléndez) para ver si podía conseguir a las personas, porque no estaban pagando”, indicó Ortiz Báez al asegurar que en algunas ocasiones las cuentas sí eran pagadas después de sus llamadas a Meléndez.

La Fiscalía Federal también llamó al ayudante de gerente de Structural Steel Works, Deborah Orellanes, que recibió un pago de $2,000 por haber prestado su firma para la compra de un Honda CRV, en Honda de San Juan.

Indicó que conocía a Meléndez, quien es el número 53 del pliego acusatorio radicado contra la banda de Angelo Millones, a través de un familiar.

“Un agente llegó a mi casa y me dijo que el vehículo había sido confiscado. Llamé por varios meses (a Meléndez) para que se pagara el vehículo, pero un día se dejó de pagar”, indicó.

Contra Ayala Vázquez y su medio hermano, Luis Xadiel Cruz Vázquez, pesan cargos de narcotráfico y lavado de dinero. Ayala Vázquez aparentemente lavó gran parte de sus ganancias a través de fiestas navideñas que se realizaban en el antiguo feudo de la organización, el residencial José Celso Barbosa, y de otras figuras reconocidas, como el pelotero de Grandes Ligas, Liván Hernández.