La gama de modalidades de fraudes es de una dimensión insospechada, porque pueden configurarse de manera sencilla mediante el incumplimiento de un contrato, con una llamada telefónica, ideando un plan sofisticado para robar la información personal de miles de personas -con la mera colocación de un dispositivo en el teclado de una máquina de pago o débito- o por el acceso al sistema de datos del gobierno.

Se calcula que el 80% de las querellas que se investigan en el Negociado de la Policía de Puerto Rico son generadas fuera de la isla, como en Estados Unidos, México y República Dominicana. Por eso, se pierde la jurisdicción local en el transcurso de las complicadas pesquisas.

El año pasado, se recibieron 2,044 querellas por los delitos de fraude cibernético, de construcción, tarjetas de crédito, llamadas telefónicas, robo de identidad y timo, reveló el teniente José Ayala, director de la División de Investigaciones de Robo y Fraude a Instituciones Bancarias, Financieras y Cooperativas.

“Aquí los fraudes pueden venir de mil maneras, es tan variado y tanta gente lo hace, porque lo pueden hacer sin arriesgarse tanto como si fuera un robo, porque no arriesgas la vida en ningún momento. Lo haces de un sitio lejano. Estas investigaciones son bastantes difíciles. En los casos de las llamadas telefónicas de ATH Móvil -que nosotros estamos investigando- te podemos decir que no son hechas desde Puerto Rico”, comentó Ayala.

Esto es contrario a lo que pasa con los casos de fraude con tarjetas de crédito en comercios en la isla, ya que tienen altas probabilidad de esclarecerse sin mayores complicaciones, porque están disponibles los vídeos y las copias de las transacciones. Abundan las situaciones en las que los clientes pierden las tarjetas o que algún empleado se apropia de la misma y realiza compras.

En las estadísticas suministradas, figura un renglón de “Otros” donde se suman 759 (27%) casos más en el 2021, para un total de 2,803 querellas que se refieren a delitos cometidos con la venta fraudulenta de taquillas para conciertos, al Programa por Desempleo Pandémico (PUA) -que aunque en menor escala se todavía se siguen investigando- y las llamadas telefónicas de diversos tipos en las que un impostor solicita la información personal del ciudadano para retirarle dinero a través de la aplicación de ATH Móvil.

Este año, hasta el 15 de marzo, se han contabilizado 629 denuncias divididas en 30 por fraude cibernético, 37 en la construcción, 76 por tarjetas de crédito, 88 mediante llamadas telefónicas, 75 de robo de identidad, 73 por timo y 141 por otros esquemas ya mencionados.

Estos actos delictivos van en aumento ya que durante los primeros cuatro meses del año casi se ha duplicado la cantidad de incidentes que atienden en la división que dirige Ayala, donde mayormente las pesquisas son por fraudes con tarjetas bancarias.

Entre el 2021 y el 2022 la mayoría de estas querellas se han investigado en las áreas policíacas de Caguas, Ponce, Bayamón, Vega Baja, San Juan y Fajardo. Pero los delitos se cometen por toda la isla.

Ayala indicó que no se cuenta con un perfil de las víctimas de estos delincuentes, ya que caen desde los más jóvenes, que mayormente están conectados a las redes sociales, hasta las personas de edad avanzada que suelen ser confiados.

“Puede ser cualquiera, eso está también en la astucia que tú tengas cuando recibes la llamada, cuando la persona te hable... son muchas cosas. Sí, que la persona mayor está un poco más propensa a caer por el sentido de que es una persona que no conoce mucho la tecnología, son personas que jamás y nunca piensan que alguien se preste para engañarlos”, comentó el teniente.

¿Quiénes son estos delincuentes?

“En estos tipos de fraudes tienes personas individuales como tienes personas que pertenecen a pandillas. Por ejemplo, el fraude en la construcción lo comete una sola persona, que es el contratista que es más fácil de conseguir. Pero tú tienes los casos de las ATH, que es un grupo de personas que se las ingenia para hacer esta llamada y dice: ‘le voy a pasar con servicio al cliente’ y pasan a otra persona y es el que está al lado de él. O sea, que aquí hay variados tipos de esquemas en los diferentes fraudes que estamos viendo”, explicó el teniente.

Igual ocurre con los crímenes cibernéticos, que puede ser perpetrado por una persona o una organización criminal. Estas indagaciones suelen ser cuesta arriba.

Los confinados son otros que entran en la ecuación, ya que son numerosos los casos a través de los años que se han detectado, ya que utilizan a familiares o allegados para recoger su recompensa.

“Hay mucha llamada de confinados de amenaza, extorsión y cuando la investigamos nos damos cuenta que la llamada salió desde la cárcel, de los celulares que tienen ellos allá adentro”, comentó.

Si se encuentra en una situación donde lo llaman con el antiguo truco de que le secuestraron a un familiar, y que si corta la comunicación lo van a matar, no lo atienda y llame a su ser querido.

Hay otras situaciones en las que roban los documentos personales en medio de otros delitos más violentos, como “carjackings”, robos domiciliarios o asaltos y, finalmente, les vacían sus cuentas bancarias.

Sobre los timos, los esquemas son muy amplios, porque ofrecen desde servicios como clases de baile, labores de mantenimiento, ventas de mascotas y vehículos, ofertas de seguros, alquileres para vacacionar, adivinan la fortuna y la imaginación es el límite.

“En estos tipos de fraude, tú tienes un sinnúmero de gamas para cometer el delito que no tenemos ni idea”, puntualizó el teniente.

Entre las nuevas tendencias figura una descubierta el mes pasado que causó alarma en la isla tras detectarse una pandilla de rumanos que colocó “skimmers” en al menos cuatro tiendas Walmart Supercenter para clonar las tarjetas de crédito con información obtenida. El grupo logró huir hacia Florida. El Servicio Secreto tomó jurisdicción de la investigación para establecer si son miembros de una organización internacional que opera en Estados Unidos e incluso en Europa.

En ocasiones las instituciones bancarias, dependiendo de los elementos del delito, restituyen el dinero, pero es una gestión administrativa que depende de un análisis detallado y largo.

¿Cómo me protejo?

Ayala recomendó al consumidor a que esté alerta en todo momento y ser más listo que los delincuentes en el sentido de que corroboren la información y nunca ofrezca sus datos personales a nadie por teléfono.

“Si usted no está seguro de lo que le están diciendo, o de lo que le están explicando, mejor no haga la transacción; debe estar pendiente del balance de sus cuentas. Si es una llamada, y usted analiza y entiende que no es creíble, dependiendo de las versiones que les estén dando, mejor enganche la llamada”, recomendó.

Insistió, en que es preferible cortar la llamada y acudir personalmente a la institución bancaria, agencia de gobierno estatal o federal o de comercio para corroborar los datos.

También se debe hacer caso omiso a mensajes de texto o correos electrónicos en los que se avisa que se ganó la lotería, una rifa, un automóvil, sobre una herencia o algún otro premio valioso.

“Si usted recibe una llamada y le dicen que se ha ganado un carro, que se ha ganado un ‘jet sky’, usted tiene que analizar primero lo básico: ¿He jugado algún juego?, ¿He participado en un sorteo? Y cuál era el premio. Si no participó, usted sabe que no va a tener derecho a ese premio”.

Tampoco debe oprimir enlaces no solicitados ni actuar bajo presión.