Decenas de ciclistas escoltaron hoy, domingo, el coche fúnebre que transportó los restos del ingeniero de computadoras José Marcel Rodríguez Rivera hasta el cementerio Borinquen Memorial, en Caguas.

A la entrada del camposanto, los ciclistas formaron dos filas, retiraron el neumático delantero de sus bicicletas y lo levantaron en alto mientras el vehículo con el féretro pasaba.

La muerte de Rodríguez Rivera se produjo el pasado jueves, al ser impactado por un automóvil cuya conductora manejaba bajo efectos de bebidas embriagantes, según informó la Policía. 

En el accidente, ocurrido en la carretera PR-187, jurisdicción del sector Monte Grande, en Loíza, cinco ciclistas que acompañaban a Rodríguez Rivera resultaron heridos. 

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“Era un compañero que simplemente se estaba ejercitando y es una pena que estemos ante personas que podrían estar conduciendo de manera negligente”, sostuvo el fisiatra Miguel "Kiko" Arroyo, al participar en las honras fúnebres.

“Esto nos ha afectado y tenemos que buscar lo que nos define como ser humano”, indicó, por su parte, la meteoróloga Amarilys Cotto. La joven de 28 años coordinó mediante su página de Facebook la escolta de ciclistas durante el traslado del cuerpo de Rodríguez Rivera desde la funeraria Ehret, en Río Piedras, hasta el cementerio Borinquen Memorial, en Caguas.

Rodríguez Rivera, de 30 años, quien además se destacó como triatleta, fue sepultado después de una ceremonia en la que su progenitor se dirigió a los presentes y algunos ciclistas también se pronunciaron brevemente. 

Además de la significativa presencia de ciclistas que llegaron con sus bicicletas de diferentes estilos al cementerio, en la Ruta del Ciclista, desde el balneario de Punta Salinas, en Toa Baja, hasta la entrada de Dorado, en horas de la madrugada del domingo se llevó a cabo un acto póstumo en honor a Rodríguez Rivera. 

Ese evento también fue organizado y convocado por redes sociales en plataformas que han servido para canalizar el pesar por la muerte de Rodríguez Rivera y la indignación por el accidente en Loíza, así como por otros choques recientes, como otro reportado durante el fin de semana en el que una ciclista menor de edad recibió golpes severos que la mantienen hospitalizada en condición grave. 

Los choques de los pasados cuatro días han revivido el debate sobre conductores negligentes y las leyes sobre seguridad en las carreteras del país, entre otros asuntos relacionados. En comentarios en línea se ha destacado la importancia de respetar la vida de todas las personas y transitar con cautela. 

“Esto no se trata de una discordia entre el ciclista y el conductor. Es un ser humano y hay  que tener respeto por la vida. El mensaje debe ser de humanizar al puertorriqueño”, subrayó el corredor de seguros Franco Font, dueño de la tienda Cicla Bici Shop, quien se identificó como amigo del ciclista fallecido en Loíza.

Mientras, Carlos Rovira, uno de los ciclistas que resultó herido en el accidente en el que perdió la vida Rodríguez Rivera, subrayó las cualidades personales del ingeniero mientras expresó sus condolencias a la familia en la funeraria. 

“Era una persona que no se metía con nadie. Era un hombre de familia”, observó Rovira, de 34 años, quien resultó con un ligamento estirado y con una fisura.

Algunos  corredores también reafirmaron los peligros que diariamente enfrentan en las carreteras de la Isla.

Por ejemplo, la enfermera Brunilda Esteves denunció que ayer, sábado, sufrió una raspadura en el codo cuando fue impactada por un conductor en la carretera PR-165, entre Corozal y Dorado. A pesar del leve accidente, decidió unirse al grupo de ciclistas que corrieron sus bicicletas hasta la funeraria. 

"Es un suceso bien lamentable. Hay de todo en la carretera, pero hay una inclinación hacia la velocidad. Algunos conductores simplemente no están conscientes de nuestros derechos", dijo Esteves, de 42 años.

Vanessa Pizarro Marrero, la mujer identificada por la Policía como la persona que impactó a los seis ciclistas y causó la muerte de Rodríguez Rivera, está pendiente de ser acusada.

Pizarro Marrero conducía un carro Honda Fit, en dirección de Isla Verde hacia Loíza, por la carretera 187, perdió el control del volante, impactó un árbol y luego arrolló el grupo de ciclistas. 

De acuerdo con las autoridades, Rodríguez Rivera pereció en el acto y los cinco heridos fueron llevados al Centro Médico de Río Piedras. Resultaron con lesiones de diversa consideración y fracturas. 

La prueba de aliento que se le tomó a la conductora reflejó 0.188% centésimas de alcohol en su organismo. El límite estipulado por la Ley de Tránsito es 0.08%. La mesera de 40 años, residente de Villa Carolina, conducía además con la licencia vencida desde el 2004, reveló la Policía.