El Instituto de Ciencias Forenses (ICF) estrenó el pasado martes el uso del “Rapid DNA test” para evaluar todas las escenas criminales que se analizan desde su Laboratorio Forense de DNA-Serología.

La inclusión de esta metodología para detectar el ácido desoxirribonucleico (DNA, en inglés) economizaría tiempo en las investigaciones. Es que estas pruebas para detectar de manera inmediata el material genético presentan resultados en 106 minutos o una hora con 46 minutos.

Anteriormente, el “Rapid DNA test” solo se utilizaba para casos de agresión sexual en los que recogía semen del sospechoso. En el resto de los casos se hacían extensas pruebas especializadas, cuyos resultados podían demorarse una semana o semana y media.

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No obstante, el Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) dio el visto bueno para que se utilicen estas pruebas rápidas en homicidios, robos y otros incidentes criminales que se investigan en la Isla, reveló la doctora Jenny Acevedo González, directora científica del Laboratorio.

“Nosotros teníamos la limitación de usar el Rapid DNA para los casos criminales. Lo estábamos usando para los casos de agresión sexual, pero como una ayuda a la investigación. Pero, a partir del primero de julio de este año, Rapid DNA fue ya autorizado por el FBI para ser usado no solamente en lo que lo usábamos, que era para las muestras de referencia. Ahora, a partir del 1 de julio del 2025, podemos trabajar cualquier tipo de caso criminal”, precisó Acevedo González.

“Eso nos va a agilizar muchísimo más el análisis porque, como ustedes saben, Rapid DNA es un equipo en el que en un solo chip está toda la división del laboratorio completo. Se hace desde la extracción de ADN hasta obtener un perfil completo en alrededor de 106 minutos”, añadió.

 Jenny Acevedo González, directora científica del Laboratorio, indicó que a partir del 1 de julio, el ICF puede trabajar cualquier tipo de caso criminal.
Jenny Acevedo González, directora científica del Laboratorio, indicó que a partir del 1 de julio, el ICF puede trabajar cualquier tipo de caso criminal. (Xavier Araújo)

Una herramienta útil

El laboratorio Forense de DNA-Serología se encarga de analizar la evidencia encontrada en los incidentes criminales para detectar quién o quiénes pudieron estar involucrados en los hechos o para identificar quién es la víctima. Específicamente, “analiza cualquier pieza de evidencia levantada en la escena de un crimen que contenga sangre en forma de manchas secas, como también en formas líquidas extraídas del sospechoso o de la víctima, según sea el caso”, detalla la página cibernética del ICF.

También evalúan evidencia como la ropa, uñas, pelos o algún fluido corporal que permitan rastrear e identificar en una base de datos nacional a sospechosos o víctimas sin identificar.

Este laboratorio se creó en el ICF en mayo del 1998, unos 13 años después de que se firmara la Ley 13 de 24 de julio de 1985, conocida como “Ley del Instituto de Ciencias Forenses de Puerto Rico”.

“Previamente, las pruebas eran referidas a laboratorios externos. Pero, la necesidad de un análisis forense de DNA y a los altos costos que conllevaba referir a laboratorios externos, a través de una propuesta federal se asignaron fondos para la creación del laboratorio”, explicó Carmen Tirado Neris, científica forense que lleva laborando 30 años en el ICF, la mayoría en el Laboratorio Forense.

Este laboratorio es vital para cumplir la misión que tiene el ICF, que es “analizar evidencia científicamente para contribuir a esclarecer la verdad en beneficio de la sociedad”, según establece la ley vigente que regula la agencia.

Laboratorio vanguardista

La contribución principal de este laboratorio, según Tirado Neris, ha sido “vincular personas que están directamente relacionadas a los crímenes”.

En sus inicios, este laboratorio trabajó famosos casos criminales registrados en la Isla. Pero, el primero en el que se logró una convicción por la prueba detectada en este laboratorio fue el de la bailarina Yexeira Torres Pacheco, cuyo cuerpo nunca apareció. No obstante, pruebas genéticas llevaron a que su novio, el expolicía Roberto Quiñones Rivera, fuera acusado y sentenciado a 99 años de prisión por el un cargo de asesinato en primer grado, y a tres años por destrucción de prueba.

Fue un reto, no solamente para nosotros como laboratorio, sino también para los investigadores de escena, los de reconstrucción de escena, que tuvieron que analizar el vehículo donde se presumía que este evento había ocurrido. Contra los patrones de sangre, la evidencia es recolectada, y los hallazgos del ADN que se trabajaron aquí en el laboratorio, permitieron el esclarecimiento de este caso y ser el primer caso que se presentó en los tribunales de Puerto Rico donde la evidencia del ADN asistió a los juzgadores a poder emitir una decisión sobre una investigación, donde hasta el día de hoy no hemos encontrado los restos humanos de Yexeira. Sin embargo, la evidencia que se recuperó en esa investigación, ayudó con los hallazgos de ADN, contribuyeron a que se pudiera hacer justicia”, precisó Mireya Hernández Arroyo, supervisora forense.

El éxito de este laboratorio se ha logrado, ya que han podido tener acceso a moderna tecnología para hacer pruebas especializadas.

Tirado Neris comentó que “en el transcurso de lo que lleva el Instituto de Ciencias Forense, este laboratorio ha ido a la vanguardia con los laboratorios que hay en otras jurisdicciones de los Estados Unidos, porque se ha ido poco a poco, año tras año, se ha ido incrementando la tecnología para ir más acorde con todo el avance tecnológico en cuanto al análisis forense de ADN. Nosotros en este instituto tenemos la tecnología más avanzada a nivel de otros laboratorios de Estados Unidos. Seríamos como el tercero o cuarto en cuanto a tecnología que manejamos. Y esta tecnología nos ha permitido avanzar en hacer más ágiles los análisis, a entregar más rápido de lo que lo hacíamos en años anteriores, gracias al uso y al esfuerzo que se ha dado para conseguir fondos a nivel federal para lograr tener esta tecnología”.

Esta tecnología, por ejemplo, disminuyó el periodo para lograr la identificación de una víctima de alrededor de cuatro meses a solo una semana. También les ayudó a que fuese el primer laboratorio del ICF en ser acreditado.

“Es a la luz de la ciencia como nosotros podemos ayudar” al país, subrayó Hernández Arroyo.

Entre las cosas que distinguen en laboratorio es que la mayoría de sus empleados son mujeres.

“El deber cumplido no solamente es analizar una evidencia, sino la satisfacción que puedan tener en el resultado y cómo eso puede beneficiar a la sociedad”, concluyó Tirado Neris.