Estaciones de bomberos deterioradas, camiones que completaron su vida útil, personal sin el equipo de protección adecuado, la garantía de un aumento salarial y el pago de horas extras adeudadas son algunos de los retos que enfrenta el comisionado designado del Negociado del Cuerpo de Bomberos (NCB), Javish Collazo Fernández.

En entrevista con Primera Hora, describió como “inesperado” el acercamiento por parte del equipo del gobernador Pedro Pierluisi al destacar que el mandatario le solicitó que el NCB “regrese a donde estaba”.

“Hay que devolverle a la agencia la credibilidad que ha perdido con los años y la confianza que el pueblo nos tenía”, señaló el teniente de bomberos.

Tras adjudicar el mal estado de la dependencia a la inacción de la pasada administración, sostuvo que no hubo una transición ordenada porque el jefe de bomberos del pasado cuatrienio, Alberto Cruz Albarrán, tomó vacaciones cuando Collazo Fernández le solicitó una reunión.

Indicó que conoce las condiciones del componente que ya tiene bajo su mando debido a que, pese a estar los últimos cuatro años dirigiendo los departamentos de Seguridad Pública y de Recursos Humanos del municipio de Cataño, nunca perdió la comunicación con sus colegas.

“Luego del huracán María, muchas de las estaciones comenzaron a tener filtraciones, algunas no tienen generadores eléctricos o no tienen cisternas; los camiones no son los apropiados; los bomberos hace más de dos cuatrienios no reciben uniformes (nuevos); y la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) decidió retirar el último aumento que iban a recibir”, detalló.

El Sindicato de Bomberos Unionados de Puerto Rico (SBUPR) ha denunciado que esta coyuntura se debe, en gran parte, a la creación, en 2017, del Departamento de Seguridad Pública (DSP). Sin embargo, Collazo Fernández defendió la agencia sombrilla.

De acuerdo con el comisionado, esta ley permite que cada jefe de negociado se concentre en los aspectos operacionales mientras el DSP trabaja con los asuntos administrativos. La clave radica en ser “consistente en la petición, en el seguimiento y en la explicación”, agregó.

Fue enfático en precisar que el NCB cuenta con dinero- proveniente de los seguros- para “reparar ciertas cosas”.

“No sé cómo no se han llevado a subasta (los proyectos de mejoras) y no se ha puesto a correr el dinero porque, además, FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) te reembolsa en 90 días. Quiere decir que yo gasto el dinero del seguro, FEMA me reembolsa y puedo reinvertir en mejoras permanentes y demás”, explicó.

Luego de que Pierluisi presentara la designación, empleados que estuvieron bajo su dirección este cuatrienio denunciaron casos de hostigamiento laboral y abuso de poder. Según Collazo Fernández, estas acusaciones se originan en una inconformidad, por parte de seis agentes municipales, con el protocolo destinado a combatir el COVID-19.

“Yo no tengo problema que el pueblo de Puerto Rico, en la confirmación (del Senado) vea y escuche las pruebas y pueda tomar su determinación, pero estamos seguros que hicimos lo correcto. No hemos abusado de poder con nadie y hemos tomado decisiones correctas”, manifestó.

De igual forma, ante una querella que se encuentra en el Tribunal de Primera Instancia por incumplimiento del deber en una investigación de acoso laboral y sexual, dijo que la empleada se estaba “desquitando” debido a que, semanas antes de la denuncia, se destituyó a la pareja de la víctima.

“La verdad siempre va a salir a relucir. Las alegaciones de la compañera hacia mí son totalmente falsas… Este servidor cumplió con su función como director de Recursos Humanos”, resaltó el teniente de carrera.

Primeros 100 días

Collazo Fernández subrayó que sus prioridades, en los primeros 100 días de administración, serán la garantía del aumento salarial, los ascensos del personal y el reclutamiento de bomberos.

Cuestionado sobre la fuente de ingresos para el incremento en el sueldo, el comisionado designado manifestó que con la firma de la Ley 181 de 2019 se obligó, a la Oficina del Comisionado de Seguros, a conceder las ganancias de un impuesto del 3% sobre la venta de pólizas contra incendios y líneas aliadas al NCB. Sin embargo, la jueza federal de distrito Laura Taylor Swain suspendió el aumento tras una demanda del gobierno a la JSF.

“La JSF saca el aumento porque el NCB no logró identificar una fuente de repago para el mismo”, sentenció.

El ente fiscal asegura que el origen de los recursos para pagar $125 mensuales a los bomberos ($3.2 millones anuales) no es permanente, y, por tanto, la legislación debe estar acompañada por un alza en los ingresos gubernamentales. Esperan por datos de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal que aseguren una fuente fija.

Sobre el ascenso de 81 personas, además de recalcar que las plazas están incluidas en el presupuesto, dijo que “son necesarios porque, si no tenemos una gerencia media y alta eficaz y preparada, no podemos dirigir la agencia”.

Asimismo, Collazo Fernández destacó que esperan la graduación en mayo de 160 bomberos que, al presente, se están sometiendo a pruebas físicas gracias a fondos federales. La matrícula del NCB fluctúa entre 3,300 y 3,400, pero tienen 400 puestos vacantes, provocando que haya incrementos en las horas de trabajo y, en algunos turnos, haya dos bomberos por estación.

“A la JSF ni a la Oficina de Gerencia y Presupuesto, le podemos hablar de puestos vacantes, sino que nos toca hablarles de necesidad e ir con estadísticas para explicarles por qué yo necesito una cantidad de bomberos en sitios específicos”, puntualizó el comisionado designado.

Aseguró que, a través de una asignación de FEMA, se le pagarán las horas extras que le adeudan a los bomberos, que, en algunos casos, datan desde el azote del huracán María en 2017.

“Es irresponsable de nuestra parte no proveerles el equipo, no proveerles las herramientas y no proveerles la paga adecuada, y, encima de eso, trabajan horas extras y no se las pagan”, manifestó, quien fue uno de los primeros 12 bomberos en atender, en 2009, la explosión de la refinería Caribbean Petroleum Corporation (CAPECO).

En diciembre, se entregó una millonaria inversión en equipo de protección y vehículos livianos al personal del NCB. Sin embargo, Collazo Fernández indicó que no fue suficiente.

Resaltó que los uniformes de los bomberos aún se encuentran en proceso de subasta, y, cuando se autorice la compra, se les deberá entregar por partida doble porque el personal ha tenido que costear, de su salario, la vestimenta que utilizan.

En cuanto a los camiones bomba, Collazo Fernández sostuvo que hay 14 que “ya están en proceso de llegar”, aunque lo ideal sería que cada una de las 96 estaciones reciba uno nuevo. Puntualizó que hay “varios” que ya completaron su vida útil, colocando en peligro la vida del personal y de la ciudadanía que se auxilia.

“Si todos los años mantenemos órdenes abiertas de, por lo menos, cuatro o cinco camiones, pues tenemos la rotación en un cuatrienio de 12 a 16 camiones, sustituyendo (así) la flota”, detalló al precisar que la partida para esta propuesta saldría también de las ganancias por la venta de seguros contra incendios.

El teniente con 22 de años de experiencia dijo que se encuentra en el proceso de nombrar a los jefes auxiliares y de zona para que estos se encarguen de las inspecciones de cada estación y provean un informe de las necesidades de cada área con el fin de que se incluyan en el presupuesto del próximo año fiscal.

“Nosotros nos vamos a encargar de que el NCB se profesionalice aún más y de que se vuelva más visible a la comunidad para que la gente de verdad pueda valorar lo que es un bombero y tengamos muchos niños diciendo: ‘Yo aspiro a ser bombero algún día’”, sentenció.