La jueza Nerisvel C. Durán Guzmán del Tribunal de Bayamón citó hoy a una nueva vista sobre el estado de los procedimientos para el 9 de agosto, previo al inicio de un nuevo juicio contra Pablo José Casellas Toro, quien enfrenta cargos por asesinato en primer grado, violación a la Ley de Armas, destrucción de pruebas y por ofrecer una declaración falsa sobre un delito, por el crimen de su esposa Carmen Paredes Cintrón de 46 años, el 14 de julio del 2012.

Durante la vista de hoy se seleccionó los días 21 de septiembre para comenzar el proceso de selección del jurado. Asimismo, la corte reservó todos los jueves y viernes del mes de octubre para continuar el proceso. De ser necesario, esta parte podría extenderse hasta noviembre.

Hasta el momento, no se ha establecido fecha para celebrar el juicio.

El 28 de mayo del 2020, un panel de jueces del Tribunal de Apelaciones ordenó un nuevo juicio para Casellas Toro, basado en el dictamen del Tribunal Supremo estadounidense en el caso Ramos v. Louisiana que reconoció que la unanimidad es parte esencial del derecho a un juicio por jurado en las cortes estatales, luego de acoger la solicitud de sus abogados para anular el veredicto.

El hijo del fenecido juez federal, Salvador Casellas, es representado por el licenciado Harry Padilla, quien ha planteado que el requisito de unanimidad es solo para convicción, ya que a su cliente no le aplica el caso resuelto sobre las absoluciones por unanimidad, por considerarlo un asunto de retroactividad.

El 9 de septiembre de 2021, el Tribunal Supremo de Puerto Rico determinó que solo será válida la instrucción que explique al Jurado que tanto el veredicto de culpabilidad como el de no culpabilidad deberá ser unánime.

Es decir, que para declarar “no culpable” a una persona, se requerirá un veredicto unánime de parte del jurado.

El 21 de agosto del 2020, Casellas Toro, salió de prisión tras cinco años encarcelado luego de que su hija de 23 años fuera aceptada como su tercer custodio mientras es juzgado nuevamente. Este se encuentra en libertad bajo supervisión electrónica tras prestar la fianza de $2,000,000.00.

El 1 de marzo de 2015, el fenecido juez José Ramírez Lluch, lo sentenció a 109 años de cárcel por el asesinato a balazos de su esposa en la terraza de su residencia en la calle Ruiseñor de la urbanización Tierralta III, en Guaynabo.

El jurado del primer juicio contra Casellas Toro, que se llevó a cabo entre el 2013 y el 2014, compuesto por seis hombres y seis mujeres, emitió un veredicto de culpabilidad, el 30 de junio de 2014, de 11-1, por lo que no fue unánime.

La teoría que presentó el Ministerio Público es que Casellas Toro fingió que fue víctima de un “carjacking” para reportar como hurtada la pistola FN Five Seven, la cual supuestamente usó para asesinar a la que fue su esposa por unos 20 años, presuntamente para evitar un divorcio contencioso respecto a la división de bienes gananciales y alteró la escena.

Mientras que su defensa ha argumentado insistentemente que su cliente no tenía motivación para cometer el crimen.