CAGUAS.–Yahaira Camacho Hernández, de 38 años, testificó hoy, miércoles, sobre el momento en que vio como fue apuñalada frente a su casa en Juncos su hija de 17 años, Nashaly de Jesús Camacho, y sobre las tensiones previas entre su familia y la de las tres mujeres acusadas por este crimen, que eran sus vecinas.

Las acusadas son Yolanda Machín Peña, Yaminely Parrilla Machín y Jennifer Cordero Machín, madre e hijas, respectivamente. En este juicio, que no es por jurado, Yaminely está acusada de asesinato en primer grado, tentativa de asesinato y Ley de Armas, mientras que las coacusadas Yolanda y Jennifer solo encaran cargos por maltrato de menores al exponer a una niña que les acompañaba a este crimen.

En la continuación del juicio en la sala 304 del Tribunal de Primera Instancia de Caguas, que preside el juez Daniel López, Camacho Hernández –en su cuarto y último día de testimonio- relató que su familia y las Machín habían tenido problemas por cerca de un año antes de que ocurriera el asesinato.

“Primero Yolanda iba a agredir a mi hija Yuleshka (otra de sus hijas). La siguiente situación es que Yolanda, siempre que yo salía a trabajar, se paraba a mirar frente a mi casa. Un día se paró frente a mi casa a invitarme a pelear”, dijo Camacho Hernández.

Luego llegó el día del crimen, el pasado 30 de marzo. Según la testigo, ese día miraba desde la ventana de su cocina a su hija y su amiga, Nashalí Castro Báez, en la acera frente a su residencia, y vio a sus vecinas montarse en un auto e irse de la residencia, pero lo hicieron a paso lento, pasando frente a su hija y su amiga. Luego oyó a Jennifer gritar desde el vehículo, en forma molesta y tono alto, la palabra “Put…” .

“¿Por qué no me lo gritas aquí?”, respondió Castro Báez.

Testificó que entonces el auto da reversa, se estacionaron y se bajaron las tres acusadas y la que guiaba el auto, Jennifer, retó a pelear a Castro Báez.

 “Jennifer fue la que la invitó a pelear”, dijo la mujer.

“Pues está bien, pero aquí no se mete nadie”, replicó Castro Báez.

Mientras Castro Báez y Jennifer comenzaron a pelear, Yaminely agarró por el pelo a De Jesús, quien se defendió lanzando un puño.

En ese momento, Camacho Hernández cambió la mirada “porque Yolanda está golpeando a Nashalí”, y cuando vuelve a mirar a su hija, ve que viene caminando hacia ella, encorvada.

“’Mami no puedo respirar, Yaminely me ha apuñalado’”, contó la madre que le dijo su hija.

Asimismo, la testigo dijo que observó a Yaminely dirigirse hacia donde estaba la otra pelea moviendo su mano con el puño cerrado de arriba hacia abajo.

 “Ahí Nashalí Castro Báez comenzó a botar mucha sangre”, relató la testigo.

Los abogados de defensa cuestionaron a Camacho Hernández por qué no impidió el ataque.

¿A pesar que usted sabía que iban a pelear usted no hizo nada para impedirlo?, cuestionó el abogado Luis Pérez Bonilla.

“Esto lleva un año, un año acechándola. Esto fue bien rápido. Si querían a pelear lo iban a hacer… ellas dijeron vamos a pelear, eran menores, pues que pelearan”, respondió la mujer.

“No tengo más preguntas”, dijo acto seguido Pérez Bonilla.

Luego, el abogado Arturo Aponte Arché cuestionó a qué se refería la testigo cuando declaró durante su testimonio que “todo fue cuestión de segundos”, y por qué no gritó para detener la pelea.

“Sí grité, le grité a su clienta (Jennifer) que soltara a Nashalí, sí grité”, respondió la mujer.

“Usted no gritó porque usted quería que pelearan”, replicó el abogado Aponte Arché

“No quería que pelearán. Por eso busqué una orden de protección, fui al tribunal”, refutó Camacho Hernández en voz alta, sobre una acción previa que había tomado contra sus vecinas.

Asimismo, previo al testimonio se informó que no hubo acuerdo entre los fiscales José Iván Carrasquillo y Jeanette Collazo, y la defensa, compuesta por Pérez Bonilla, Aponte Arché y José Velázquez Grau, para estipular el testimonio del agente de la policía, Alvin Álamo, y las conclusiones del informe de autopsia

El juicio continúa mañana, jueves, en horas de la tarde. La fiscalía anunció que la próxima testigo sería Juleshka de Jesús Camacho, hermana de la joven asesinada y también testigo presencial del crimen.