Rafael Omar Pastrana Rivera fue condenado ayer a 143 años de prisión por el asesinato del comerciante Jesús M. Díaz, dueño del negocio JR Entertainment Group en Carolina, durante un asalto el 17 de septiembre de 2008.

El juez superior Juan José Delgado, del Tribunal de Primera Instancia de Carolina, le dictó la larga sentencia ayer, un día después de que un jurado lo encontró culpable de los hechos.

Pastrana Rivera, de 26 años, no hizo expresiones en sala cuando se le impuso la pena, pero le dijo a su abuelo al llegar al tribunal que era inocente.

“Él es inocente y dejamos todo en las manos de Dios. Yo lo crié a él desde chiquito y sé que es inocente”, exclamó Romualdo Rivera Castro, abuelo materno del convicto, quien acudió al tribunal en representación de su hija, Sonia, madre del convicto, de quien dijo que estaba muy afectada.

Rivera dijo que aunque la familia no tiene recursos económicos para apelar la sentencia, “no lo vamos a dejar solo porque él insiste que no lo hizo y yo creo en él”.

En tanto, Damaris Díaz, hermana del occiso, expresó que su familia también está bien afectada por lo sucedido.

“Me siento bien afectada al ver que lo sentenciaron. Es duro ver que va a estar tantos años preso, pero la familia de nosotros también está bien afectada. Hemos sufrido mucho”, expresó Díaz, quien estaba acompañada por un tío.

El convicto fue encontrado culpable de asesinato en primer grado, dos violaciones a la Ley de Armas, robo agravado y tres cargos de robo.

Al imponer la pena, el juez acogió una moción de agravantes de la fiscalía. También le impuso al convicto el pago de la pena especial por cada delito grave para un total de $1,800.

El fiscal José Virella acogió satisfecho la condena, mientras que el abogado defensor Garry Jones dijo que la sentencia era correcta en derecho pero que está descepcionado con el jurado.

En el juicio, que duró varias semanas, declaró la secretaria Emily Figueroa, quien estaba en el establecimiento junto con otra empleada al ocurrir los hechos y fue quien identificó a Pastrana Rivera como autor del crimen.

El convicto, del barrio Santa Cruz de Carolina, era conocido de la familia de Díaz porque trabajaba ocasionalmente con el hijo del occiso en un negocio de alquiler de carpas.

El comerciante fue asesinado de un balazo en la cabeza mientras se encontraba amarrado en el suelo del negocio ubicado en la avenida Roberto Clemente.