En dos semanas, saldrá de una prisión federal en Estados Unidos el último acusado encarcelado y quien fuera señalado como el hombre que inició el incendio que cobró la vida de 97 personas y dejó a otras 140 heridas.

Héctor Escudero Aponte quedará en libertad bajo palabra el próximo 12 de enero de 2017. A solo días para su excarcelación y el inicio de lo que él llama “una nueva vida” , conversó desde una cárcel en Miami, Florida, en exclusiva vía telefónica con Primera Hora. 

A Escudero Aponte se le escucha hablar entusiasmado sobre su futuro, uno que piensa fortalecer junto a su familia inmediata, pues “fueron los únicos que se mantuvieron ahí durante todos estos años y nunca me abandonaron”.

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Sin embargo, su tono de voz cambia cuando retorna al pasado y recuerda su acusación y las tres décadas que ha pasado tras las rejas.

De hecho, es poco lo que quiere expresar sobre el tema del hotel Dupont Plaza. Lo que sí dejó establecido es que su condena fue una “injusticia de la justicia”.

“Salgo con mi frente en alto y sabiendo que lo que pasó allí fue algo accidental… Traté de evitar una cosa y yo fui el que salió perjudicado”, expresó quien alega haber sido víctima de sus abogados, quienes a su juicio, no hicieron su trabajo de defensa adecuadamente y le negaron contar en el tribunal su versión de los hechos.

Manifestó que “en su momento” contará su verdad sobre lo sucedido, una historia que, asegura, “la saben los que tienen que saberla, pero no quisieron decir nada”. 

Por ahora, el único enfoque de Escudero Aponte, quien tiene 65 años, es cosechar recuerdos con sus hijos –una mujer y un varón- que al momento de su encarcelamiento tenían uno y cuatro años, respectivamente.

“Gracias a Dios, tengo salud para disfrutar de ellos y de mi nieto de 13 años”, dijo quien vislumbra establecerse en Estados Unidos.

Agregó que su libertad fue concedida a través del U.S. Parole Commission luego de cumplir dos terceras partes de su condena, lo requerido para que este tipo de beneficio sea considerado por el Departamento de Justicia.

Por lo general, esta junta examina la rehabilitación del confinado -incluyendo su conducta en prisión- y evalúa si está capacitado para vivir en sociedad.

En el caso de Escudero Aponte, según explicó, se supone que saliera el pasado mes de abril y fuera trasladado a una “casa de desvío”. Pero un retraso en el proceso complicó la salida a la llamada “residencia intermedia” por lo que prefirió continuar en la cárcel hasta el 12 de enero.

Tan pronto salga, agregó, deberá reportarse periódicamente a su oficial de probatoria, pues debe pasar un tiempo bajo supervisión de las autoridades federales. 

Escudero Aponte fue declarado culpable y sentenciado en 1987 por el juez federal José A. Fusté a dos condenas concurrentes de 99 años de cárcel por causar un incendio en un edificio dedicado al comercio interestatal con resultado de múltiples muertes y un cargo de asesinato a un agente del Servicio Secreto Federal, quien para entonces investigaba el caso de un fraude en el casino del hotel. 

Según trascendió en la investigación, la intención de Escudero Aponte -y la de otros dos empleados (Armando Jiménez Rivera y José Rivera López, excarcelados a través de libertad bajo palabra en 2001 y 2002, respectivamente)- nunca fue matar a nadie. 

Pero, el enardecedor fragor de un conflicto obrero patronal pudo más que la prudencia y lo que sería un fueguito para escarmentar a la gerencia del hotel por desacuerdos con empleados unionados, culminó convirtiéndose en una pesadilla sin precedentes en la historia del País. 

Conclusión de la investigación

La pesquisa concluyó que el siniestro fue ocasionado por los tres empleados y miembros de la Unión de Tronquistas, minutos después de culminar una reunión en la que hubo un tranque en las disposiciones de un convenio colectivo que cobijaba a 250 empleados del hotel Dupont Plaza y que vencía a la medianoche de aquel 31 de diciembre. Ante el desacuerdo, se desató un violento voto de huelga.

La investigación señaló a López Rivera como la persona que incitó el incendio, mientras que a Jiménez Rivera se le imputó haber provisto la lata de combustible a Escudero Aponte, quien supuestamente comenzó el fuego en el sótano de la hospedería. Trascendió que López Rivera y Rivera Jiménez cubrieron con sus cuerpos a Escudero Aponte en ese momento.

El juicio federal duró cuatro años y es considerado uno de los litigios más complejo del País.

Posteriormente, también se llevaron a cabo pleitos civiles por daños físicos y emocionales. Las demandas generaron compensaciones para los 2,411 familiares de las víctimas y sobrevivientes, entre los que se dividió un monto de $240 millones.