Aguada.- El viaje en crucero de una quinceañera de Aguada se convirtió en tragedia al ser asesinada.

“Un ángel se fue al cielo, nuestra princesa, nuestra reina”, lamentó su padre, Ceferino Pérez, sobre la muerte de su hija Liz Marie Pérez Chaparro en Saint Thomas.

El crucero Carnival Victory en el que celebraban por partida doble la graduación con alto honor de noveno grado y el quinceañero de la talentosa adolescente partió el domingo de San Juan e hizo su primera parada en Saint Thomas en la mañana del lunes.

Liz Marie murió en los brazos de sus padres, Ceferino y Aída Chaparro, quienes junto a su hijo mayor Amílcar, de 20, observaron atónitos como una bala perdida, en un fuego cruzado, la alcanzó frente al cementerio de Coki Point en Saint Thomas, a dos horas de arribar a esa isla en crucero.

La Policía de Islas Vírgenes ya arrestó al sospechoso del crimen Steven Tyson. Éste se entregó a las autoridades ayer en la tarde luego que la Policía distribuyera en Saint Thomas afiches que lo señalaban como sospechoso. Tyson fue acusado por dos cargos de asesinato en primer grado, pues en el tiroteo también murió Shahid Joseph, de 18 años, quien tenía un arma en sus manos.

El inconsolable padre, que labora en el Municipio de Aguada hace 22 años, contó a Primera Hora como junto a su esposa Aída, empleada de una empresa en la zona portuaria de Mayagüez, fueron pagando poco a poco el viaje en crucero, desde hace cerca de dos años, para festejar a Liz Marie por su graduación y por sus 15 años, que cumpliría el 29 de julio.

“Cuando yo cumpla 15 años, yo quiero que me regales un crucero, para que lo disfrutemos los cuatro”, dijo Ceferino que le pidió su hija, a lo que le contestó, “Pues mamita, vamos a hacer lo posible para poderte complacer’’.

Al bajar del crucero partieron en una excursión hacia el Acuario de Coki Point, sin imaginarse lo que les deparaba.

‘’Nos cogió un tapón frente al cementerio y allí se inició una balacera; quedamos atrapados en el medio y cuando nos tiramos al piso de la guagua, la nena se tiró encima de mi esposa y dijo: ‘me dieron un cantazo’ (por el costado derecho) y ahí mismo murió’’, añadió el padre, que la tomó en sus brazos.

Al llegar al hospital, el chofer de la guagua de excursión, junto a unos 30 pasajeros, certificaron que Liz Marie había fallecido. Hasta allí se trasladó el gobernador John Dejongh, quien les expresó sus condolencias, al tiempo en que los ejecutivos de la empresa Carnaval Victory realizaron gestiones para enviar a la familia en avión fletado hasta el aeropuerto Rafael Hernández de Aguadilla.

La familia está en espera de que el cadáver de Liz Marie pueda llegar a Puerto Rico entre hoy o mañana para ponerlo en capilla ardiente en la Funeraria San Francisco, en el casco urbano de Aguada.

AGUADA la LLORA

Los residentes de Aguada, encabezados por el alcalde Luis Alberto Echevarría, están consternados por esta muerte.

“A parte de ser una situación lamentable, me toca de cerca, porque yo fui su pediatra; su padre Ceferino es un ser humano que lo quiere toda la comunidad entera, como compañero de trabajo en el municipio y para mí es como un hermano extendido’’, dijo el alcalde Echevarría.

El afectado padre, que vive en el barrio Naranjo de Aguada, expresó que “era mi princesa, era la reina de esta casa. Nos llenó de alegría en mayo, cuando se graduó con altos honores y la llenaron de medallas y reconocimientos. Ahora en esta casa hay un gran vacío’’.

“Un ángel se fue al cielo, era excelente en todo, como hija, como estudiante, se me graduó con honores, estaba bien feliz, emocionada, y yo le dije: ‘es el mejor regalo que nos has dado’’’ dijo con voz entrecortada doña Aída sobre su hija.

Su esposo no dejaba de exaltar los valores de Liz Marie. “Cuando yo iba a la escuela, los maestros me decían, ojalá y yo tuviera 50 como Liz Marie’’, recordó Ceferino sobre los maestros de la escuela Epifanio Estrada, de donde se graduó.

Para doña Aída es como una pesadilla, porque minutos antes su hija le había expresado: “Mamá, la estoy pasando superbién’’.

“Le vamos a poner el traje de quinceañera’’, dijo sumida en llanto la madre que al igual que su esposo “creen en la justicia divina’’ por lo que no regresarán a Saint Thomas en busca de que se procese a los responsables de la balacera.

“De nuestra parte, esa persona que disparó está perdonada, porque la palabra de Dios dice que para ser perdonado, tienes que perdonar’’, añadió el padre.

El matrimonio, que profesa la religión católica, expresó que “salimos de paseo en busca de alegría y hemos llegado con tristeza y mucho dolor, pero sabemos que Dios hace las cosas con un propósito’’, expresaron.

Amílcar, el hermano de Liz Marie, agradeció las muestras de apoyo y solidaridad que han recibido. El joven estudiante universitario quiere recordar a su hermana como “un tremendo ser humano”. “No me puedo quejar de ella, porque era tranquila, tenía como meta ser trabajadora social o psicóloga’’.

La familia recordó que Liz Marie culminó el viernes su primera experiencia de trabajo, cuando participó en los empleos de verano en la escuela Gregorio Rodríguez Orama, de Aguada.