Ángel “Lito” Román Badillo, considerado intermediario “entre Lutgardo (Acevedo López), la defensa y Manuel (Acevedo Hernández)”, detalló cómo comenzó el esquema de corrupción y soborno entre el contador público y el entonces juez para que lo absolviera en un caso de homicidio negligente ocurrido en 2012.

Román Badillo fue el sexto testigo de la fiscalía en el primer día de juicio contra el suspendido juez y hoy acusado Acevedo Hernández, y declaró sobre el dinero que se desembolsó para pagarle comidas y bebidas a Acevedo Hernández, además de las gestiones que trataron de hacer con el gobernador Alejandro García Padilla y los presidentes de Senado y Cámara de Representantes, Eduardo Bhatia y Jaime Perelló, para conseguirle una codiciada silla en el Tribunal de Apelaciones, que no se concretó.

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A preguntas del fiscal Timothy Henwood, el testigo reveló que en noviembre de 2012, fue “escogido” por Acevedo López, conocido también como Papo, para ser intermediario entre él y el juez, ya que el acusado en el caso estatal era su contable y lo conocía desde hacía 15 años, además de que le facilitaba el conseguir cocaína y Percocet. Dijo que también se relacionaba con Acevedo Hernández porque su hermano, Saúl Acevedo Hernández, era su vecino.

El entonces dueño de dos restaurantes y de una gestoría, hoy desempleado, que fue relocalizado por las autoridades en Estados Unidos junto con 12 miembros de su familia por su cooperación en el caso, indicó ante los 10 hombres y seis mujeres que componen el jurado –cuatro de estos suplentes- que al reunirse con el entonces juez, éste le dijo que el caso contra Acevedo López era uno “delicado” y que “ni por $100,000 se podía trabajar”.

Al pasarle esa información al contable, Román Badillo, de 38 años, alega que Acevedo López le dijo que “Ya el perro tenía collar, que ese era el precio” para sobornarlo y de esa forma absolverlo de un caso de homicidio negligente que tenía en su contra por causarle la muerte al guardia de seguridad Félix Babilonia en un accidente automovilístico el 30 de junio de 2012 en Moca.

A pesar de que el exjuez del Tribunal de Aguadilla le confesó a Román Badillo que no confiaba en Acevedo López y que pensaba que el caso “estaba jo…”, aceptó los sobornos, y le enviaba mensajes a los abogados para dejarles saber lo que tenían que hacer en el caso. El testigo indicó que entre noviembre de 2012 y abril de 2013, salían a comer y a beber de miércoles a domingo en distintos restaurantes, y que él era el que pagaba todas las cuentas con dinero que Acevedo López le depositaba para para “los gastos que se incurrían con ‘Manuel’”. Dijo que fueron a diversos restaurantes, como Rompeolas en Aguadilla, Seven Seas y Oasis en Aguada, y el Rancho de Rafi en Camuy, entre otros. La cuenta era de entre $200 y $300 diarios.

El hoy acusado a nivel federal también le pidió una posición en el Tribunal de Apelaciones, un puesto en el Departamento de Hacienda para su hermano Saúl y otro para su sobrino Miguel Acevedo en el Fondo del Seguro del Estado a cambio de la absolución.

Para esos fines, Román Badillo relató que Acevedo López consultó con el recaudador del Partido Popular Democrático (PPD) y “amigo del partido”, Anaudi Hernández, para entre ambos, usar sus conexiones políticas para complacer al entonces juez y se le nominara de manera “expedita” o en receso para no ser investigado, y que fuera después de absolver a Acevedo López, lo que ocurrió en marzo de 2013.

Implican a la alta plana política

Román Badillo narró que el 29 de diciembre de 2012, recibió un correo electrónico de parte de Acevedo López, instruyéndole que llevara a Acevedo Hernández al día siguiente a un torneo de golf en la base Ramey, en Aguadilla, para que conociera a García Padilla, a Bhatia y a Perelló. En dicha comunicación, el contable agrega que: “Ya se habló con el gran cacique (gobernador) para lo de él (Acevedo Hernández). Si él quiere, que compruebe y lo salude a las 10:00 a.m.”. Buscaba que no tuviera duda de que “lo que se le ofrecía, se le iba a cumplir”.

El intermediario buscó a Acevedo Hernández a su hogar y lo llevó a dicho torneo. Al llegar, pasaron por seguridad y les indicaron que tenían un área reservada en VIP. No obstante, dijo que al estacionar, “Manuel no se quiso bajar” porque estaba “emocionado, nervioso”. Al irse, el suspendido juez le dijo: “No hay duda que hay poder”.

El fiscal le mostró fotos que el mismo testigo tomó del hermano de Acevedo López, del mismo nombre pero apodado “Bebé”, posando con Bhatia y en otra imagen con Perelló. En otra foto sale García Padilla al lado del carro de golf.

Durante su testimonio, salió a relucir que Acevedo López le pidió que “atacara a Orlando”, a quien “le tenía mucho odio”, refiriéndose al comerciante Soto Ventura, con quien tuvo un altercado en el negocio de éste, Mesa Criolla, cuando lo amenazó con un arma y luego envió a dos sujetos a agredirlo. El negociante sostenía que no habría un juicio justo en contra de Acevedo López por el caso de homicidio de Babilonia.

Román Badillo también indicó que Acevedo López trató de sobornar a un fiscal (Joseph Esparra) para que resolviera un caso de Ley de Armas y agresión a su favor, pero que al éste no acceder, “lo grabó para hacerle daño”.

Su testimonio continúa mañana con las preguntas de los fiscales Henwood, José Capó y Peter Morgan, y luego el contrainterrogatorio por parte de la defensa, representada por Joseph Laws, Mara Pérez y Melanie Matos.

Por la mañana, el primer testigo fue el primo y chofer de Acevedo López, Rafael Lorenzo López, quien también mencionó las conexiones políticas que éste tenía con el Gobernador, Bhatia, Perelló y el exalcalde de San Juan, Jorge Santini, quienes dijo se quedaban en apartamento de su primo en Marina Boquerón.

Lorenzo López indicó que había un acuerdo con Acevedo Hernández para pagarle $100,000 y regalarle motora, relojes y el arreglo de un garaje a cambio de la absolución de Acevedo López, pero aceptó que nunca vio a Acevedo López hablar o darle dinero al entonces juez.

Sin embargo, sí estaba en el vehículo cuando su primo hablaba con Román Badillo por alta voz, y éste estaba con Acevedo Hernández en una fiesta. Cuando Acevedo López le preguntó cómo iba todo, escuchó al magistrado decir: “Dile que se quede tranquilo, que no jo… más”.

También oyó cuando Acevedo López y Román Badillo hablaban sobre cómo le iban a decir a su abogado Harry Padilla que tenían un acuerdo con el juez, dado a que “a él lo respetaban más que a (su otra abogada) Mayra López Mulero”. La fiscalía mostró una foto de la abogada, Acevedo López y Román Badillo echados de brazos en la barra en el hotel Mariott en Aguadilla.

En junio de 2013, Lorenzo López narró que su primo lo amenazó de muerte y le sacó un arma de fuego, por lo que temió por su vida y se mudó para Estados Unidos, donde aún reside.

El juicio ante la jueza presidenta del Tribunal Federal en Puerto Rico, Aida M. Delgado Colón, continúa mañana.

Según el pliego acusatorio, Acevedo Hernández absolvió al contador público autorizado en el caso por homicidio negligente. Se alega que Acevedo López le entregó al entonces juez estatal $54,400 en efectivo, además de regalos como yuntas, prendas, una motora, arreglos a su residencia, ropa y pagarle deudas que tenía con el Departamento de Hacienda. Los pagos y los favores los hacía a través de Román Badillo. Ambos se declararon culpables y cooperan con la fiscalía.