Seguro de sí y ante la mirada atenta de la mayoría de los miembros del jurado, el notario testigo estrella de la masacre del barrio Pájaros comenzó a declarar en contra del último acusado por estos hechos, Sammy Báez Figueroa.

Billy Alexis Vargas Pérez comenzó su relato sobre los hechos del 5 de mayo de 2009, que llevaron a la muerte de Alexis Olivo Marrero, su hija Adrielis, de dos años, y Ángel Iván Vargas, de 16 años.

La primera pregunta que le cursó el fiscal Alberto Varcárcel fue que dónde reside, a lo que contestó: “En la Cárcel Federal”.

Vargas Pérez coopera en ambas jurisdicciones y está preso por portar y usar un arma automática, un delito federal.

El entonces vendedor de drogas en Bayamón relató que el día de los hechos lo llamaron con el fin de “ir a matar a Alexis y a José”.

Indicó que “Ñoño” lo buscó en un auto BMW blanco y llegaron hasta el sector El Capitán, en Toa Baja, a casa de Rafael Vélez Andino.

Allí dijo que estaba Báez Figueroa, entre otros de los acusados en el primer juicio, que fueron absueltos el 30 de abril de 2010 por el juez Juan José Delgado Delgado.

Ante los seis hombres y nueve mujeres del jurado en la sala del juez José Ramírez Lluch, del Tribunal de Bayamón, el testigo principal dijo que conoció a Báez Figueroa a finales de 2008 “en el pub”, Jeffrey’s Sports Bar and Grill.

En ese momento, el fiscal le pidió que lo identificara y dijo que estaba sentado entre los dos abogados (Julio Gil de Lamadrid y Ramón Nevárez Ortiz). El acusado miró hacia abajo y la jurado más cercana a él se volteó a mirarlo.

Vargas Pérez indicó que todos salieron de casa de Vélez Andino y fueron a Las Cuadras, donde hay jaulas de caballos.

Allí fumó marihuana, hasta que “Marcian” recibió una llamada.

“Dijo que ‘Papa Upa’ dio la orden”, manifestó el testigo.

Cuando se le preguntó quién era “Papa Upa”, contestó “Angelo Millones”.

Se refería a Ángel M. Ayala Vázquez, acusado a nivel federal por liderar una poderosa organización de narcotráfico.

Indicó que Báez Figueroa se fue en el BMW con ellos y en un momento dado se quitó un chaleco antibalas, que colocó en el baúl y que hoy fue presentado al jurado.

Su testimonio continúa hoy.