Declara víctima de agresión sexual en Naguabo
La mujer reconoció que al inicio abordó el carro de José Meléndez García de forma voluntaria.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
PUBLICIDAD
Humacao.- La mujer que supuestamente fue brutalmente atacada sexualmente en Naguabo declaró la tarde del miércoles que la madrugada del 30 de julio pasado salió de su apartamento en el residencial público Pedro Palou, de ese pueblo, a prostituirse para mantener una adicción a las pastillas Percocet que adquirió luego de recibir ese medicamento para el dolor tras la cesárea de su segundo hijo.
En el primer día de la vista preliminar que se sigue contra José Meléndez García, quien enfrenta siete cargos relacionados con el secuestro y violación de la testigo, la espigada mujer de 28 años explicó que una hora y media después de llegar al “gomazo”, el punto donde se prostituía, se acercó un hombre en un automóvil Toyota Tercel a preguntarle si en el punto del residencial vendían “perico”.
“Él me preguntó que si lo podía acompañar y me monté con él. Cuando llegamos al residencial me dio $10. Me bajé y capeé lo dos cintillos que él quería, dos bolsitas de perico”, apuntó a preguntas del fiscal Luis Navas de León.
Ante el juez Fernando Abreu Arias, del Tribunal de Humacao, relató que ante una invitación del hombre, lo acompañó a un lugar cercano al residencial a “oler” cocaína, y que mientras estaban en el carro, surgió el acuerdo para sostener relaciones sexuales.
“Me preguntó que hacía allí, y le dije que salía con alguna gente. Me dice: ‘Tengo $30 dólares, ¿te los quieres ganar?'", indicó la mujer, que solo estudió hasta el cuarto año.
Contó que en ese lugar el imputado inhaló la droga y consumió ron de una botella que tenía en el vehículo. También señaló que antes de partir al Faro para consumar el acto sexual acordado se detuvieron -a petición de ella- en una gasolinera a comprar un condón.
Vestida con mahones y un abrigo blanco, la alegada víctima detalló que una vez llegaron al Faro, el imputado planteó que el lugar “no le daba una buena impresión”, y que prefería moverse a otro sitio. En ese momento, la mujer recibió un mensaje de texto de su mamá, quien desconocía que se prostituía, indagando donde estaba. Le respondió que había salido a buscar leche para sus hijos.
Ante esta situación, la testigo, cuyo nombre no se divulga por tratarse de una víctima de un delito sexual, pidió a Meléndez García que la llevara a su hogar porque tenía que estar en la casa a las 6:30 a.m.
“Él me habla de otro sitio y yo le digo que no, que no quería hacer nada”, afirmó.
Pero a pesar de su petición de regresar a su casa, el hombre guió en dirección a Naguabo. En el trayecto, la mujer indicó que se percató de que el imputado tomó un cuchillo en el asiento trasero y se lo colocó en el cuello.
"Me dijo: 'Te quedas callada o te lo entierro en el cuello'", dijo la testigo.
Apuntó que llegaron a un lugar cercano a una playa, donde el imputado -amenazándola con el cuchillo- le ordenó que se quitara la ropa y que “me doble en cuatro”. Entonces cuando el hombre se quitó la ropa, logró verlo.
“Vi que era bajito, con el pegadito al frente y un moño”, afirmó.
En ese lugar, según la testigo, el hombre la violó anal y vaginalmente mientras ella lloraba. Posteriormente, y siguiendo las órdenes del hombre, dejaron el carro, que tenía alfombras y un cubridor del volante del personaje Hello Kitty, para internarse por un camino boscoso que daba a una playita.
“Yo le pedí que no me matara, que quería ver a mis hijos y que ya le había cumplido”, afirmó la mujer, cuya voz sólo se quebró en una ocasión mientras declaraba.
En ese lugar, la mujer y su alegado agresor forcejearon con el cuchillo, mientras que ella trató de escapar. El hombre también la golpeó varias veces.
Afirmó que en ese recorrido por la playa y el monte el hombre continuó penetrándola vaginalmente y que en un momento le amarró las manos con una soga verde.
“Él me dice: 'No te puedo dejar viva porque no te tengo confianza'”, indicó la mujer que Meléndez García le dijo en un momento.
Luego de acordar que ella no diría nada sobre lo ocurrido, regresaron al vehículo y el hombre se detuvo en una gasolinera. En ese momento, de acuerdo a la mujer, sólo vestía su pantalón corto blanco y el sostén.
Después de esa parada, el imputado la dejó abandonada en un vertedero clandestino, donde la mujer buscó ropa para cubrirse y caminó hasta la casa de una mujer que le ofreció ayuda.
A preguntas del fiscal, la testigo reconoció que al inicio de la investigación sólo les mintió a las autoridades sobre la manera en que entró en contacto con el imputado para ocultarle a su madre que era usuaria de drogas y que se prostituía para satisfacer vicio.
Inicialmente, informó que el imputado la interceptó con un cuchillo y la obligó a montarse en el vehículo cuando salió de su casa a comprar leche para sus hijos en una gasolinera cercana a su hogar.
En el contrainterrogatorio, el licenciado Juan Troche Villeneuve, de la Sociedad para la Asistencia Legal, siguió una línea de preguntas para establecer que la mujer había consentido al acto sexual y que había abordado el carro de Meléndez García de forma voluntaria.
“¿Usted consintió?”, preguntó el abogado.
“Sí, porque me tenía amenazada”, respondió la testigo.
También insistió en preguntas que buscaban resaltar que las heridas que había sufrido con el cuchillo habían sido el resultado de un forcejo con el hombre, quien evitaba que ella lo agrediera y se llevara su vehículo.
Como parte de sus preguntas, Troche Villeneuve trató de establecer que la mujer se encontraba enojada porque el imputado no le pagó el dinero que habían acordado por sus servicios sexuales y que era imposible que su representado mantuviera el cuchillo en la mano como ésta alegaba mientras la amenazaba, inhalaba drogas en la llave del carro y bebía alcohol.
Además, llevó a la testigo a aceptar que cambió su versión de los hechos e insistió en que tuvo múltiples instancias para escapar o pedir ayuda, pero nunca lo hizo durante la alegada agresión.
Para minar la credibilidad de la alegada víctima, el abogado defensor indagó sobre su adicción a las sustancias controladas.
La testigo apuntó que solía tomarse unas 10 pastillas de Percocet al día, pero que el día de los alegados hechos tomó tres poco antes de salir de su casa a las 3:00 a.m. Ese día también consumió cocaína por primera vez, según dijo.
Meléndez García enfrenta cuatro cargos de agresión sexual, un cargo de tentativa de asesinato, un cargo de secuestro y una violación a la Ley de Armas por el uso de un cuchillo.
La vista continúa mañana a las 10:00 a.m.