El perito en huellas dactilares, Rubén Díaz de León, insistió en la veracidad de su conclusión relacionada a que descubrió una identificación digital de Aida de los Santos en un cuchillo que se utilizó presuntamente para asesinar a Georgina Ortiz, esposa del exjuez asociado del Tribunal Supremo, Carlos Irizarry Yunqué.

La insistencia de Díaz de León surgió hoy, en la continuación del juicio que se ventila contra la empleada doméstica de los Santos, a quien se le imputa dar muerte a Ortiz junto a otra persona, quien no ha sido identificada por la fiscalía.

La defensa de la mucama, natural de la República Dominicana, trató de establecer que el fragmento de huella de la acusada se encontraba en el cuchillo previo al asesinato de Ortiz. También cuestionó que el perito no tomara notas de su análisis y no ofreciera las bases científicas que apoyaban su conclusión.

Relacionadas

Pese a este cuestionamiento, Díaz de León se mantuvo firme en su conclusión de que el fragmento de huella que analizó pertenecía a de los Santos y que la impresión todavía se observa en la presunta arma homicida. Dicha impresión, según el perito, la hizo la acusada cuando tenía una sustancia roja, posiblemente sangre en el dedo del medio de la mano derecha.

Pruebas efectuadas por la seróloga Carmen Tirado a otra parte del cuchillo, para evitar dañar el fragmento de la huella, revelaron que la sangre pertenecía a la víctima, se declaró previamente en este juicio.

Durante un largo primer día de contrainterrogatorio, el abogado Aarón Fernández Flores dirigió sus preguntas sobre la ausencia de notas y el informe de hallazgos.

Ante un jurado compuesto por nueve mujeres y tres hombres, así como tres suplentes, Díaz de León aseguró que redactó un informe que contenía las bases de su conclusión.

El testigo explicó que, como parte de su trabajo, tomó solamente notas de los datos generales del caso porque su participación consistió en validar el resultado que obtuvo el técnico dactilar que analizó el fragmento de huella.

El Protocolo de la Policía exige que un par confirme el resultado de la identificación positiva de una huella dactilar.

Para refutar la aseveración que hizo el perito a preguntas de la fiscal Elba Acevedo Pérez de que la dactiloscopía era "infalible", Fernández Flores citó el caso del abogado Brandon Mayfield.

En este pleito legal, el Federal Buró de Investigaciones (FBI) identificó erróneamente una huella dactilar en una bolsa con detonadores y restos de explosivos vinculados a la explosión en el metro de Madrid en el 2004.

Fernández Flores, además, cuestionó al perito sobre la cantidad de características que se utilizan para realizar una identificación positiva de una huella dactilar porque en Puerto Rico, no existe un estándar, pero los técnicos de la Policía utilizan un mínimo de ocho características.

Países como España y Francia utilizan 14 características para identificar una huella, según el perito.

"¿Un mayor número de características equivale a una mayor certeza de la identificación?", preguntó el abogado.

"No, señor", respondió el testigo Díaz de León, quien también declaró que su nombre no aparece en los recibos y documentos de la cadena de evidencia porque nunca tuvo la custodia del cuchillo. Sus iniciales, sin embargo, aparecen en el mango como evidencia de que trabajó la pieza de evidencia.

Luego de un extenso intercambio sobre las diversas huellas dactilares, sus cualidades y las superficies donde se adhieren estas impresiones, el perito reiteró que la huella positiva es aquella que se hace con una sustancia en la mano. En este tipo de huella se observan las marcas de las crestas, pero los surcos se mantienen claros.

El perito también reconoció que una sustancia podría caer sobre una superficie donde previamente había una huella y adherirse a sus crestas.

Como parte de su estrategia para establecer que la huella de los Santos estaba en el cuchillo antes del asesinato, Fernández Flores confrontó al perito con varias fotografías del cuchillo antes y después de haber sido expuesto a “amidoblack”, una solución que se utiliza para desarrollar huellas y que se torna negruzca al contacto con sangre.

"¿Se ve una sustancia roja encima del fragmento de huella en blanco?", preguntó el abogado.

"El tipo de iluminación lo refleja de esta manera... Fíjese es la brillantez que lo hace que se vea así", contestó Díaz de León.

El abogado insistió en la pregunta, "¿No es que hay una sustancia roja?", repitió.

 "Se ve rojo por el tipo de iluminación", ripostó el perito.

Pese a que hizo el análisis de la huella y que algunas de las fotografías tomadas al cuchillo no permitían distinguir con claridad el fragmento de huella, Díaz de León señaló que no tuvo tiempo de tomarle una fotografía a color al fragmento de la huella que pertenece supuestamente a la acusada porque el cuchillo se envió al FBI, que lo sometió a “amidoblack” y cambió el color de la sangre en el cuchillo.

Las fotografías que utiliza la Policía para identificación de las huellas dactilares son en blanco y negro. Las fotografías que tomó el investigador forense, por su lado, parecen expuestas a mucha iluminación.

En el cuchillo, la Policía identificó dos fragmentos de huellas con que parecían tener valor de identificación. Un fragmento se identificó como que pertenecía a de los Santos y el otro no se pudo analizar porque no tenía las características necesarias para una evaluación positiva.

El cuchillo tiene otros fragmentos, pero en el proceso criminal no se ha explicado por qué no se analizaron.

El juicio sigue este miércoles, con el testimonio del perito en huellas dactilares, y cuando concluya su testimonio, el patólogo Carlos Chávez ocupará la silla de los testigos.