Una demanda federal de 39 páginas contra el gobierno de Estados Unidos fue presentada hoy por un grupo de galleros en la corte federal en un intento de salvar su deporte.

Según parte de los argumentos del recurso de sentencia declaratoria, la recién aprobada prohibición a las peleas de gallos es inconstitucional y atenta contra "el derecho cultural de los puertorriqueños".

El deporte de los gallos se prohibió en Puerto Rico por disposición federal el año pasado, tal y como ocurre en Estados Unidos donde lo que aquí se considera "deporte de caballeros" es visto como una modalidad de maltrato de animales. La veda comienza en enero próximo.

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"Aunque el estigma de las peleas de gallos en Estados Unidos es que es ilegal y un deporte peligroso, jugado principalmente por ladrones y minorías, hay una rica tradición, que data de miles de años, de personas de virtualmente cada parte del mundo involucrada en el deporte por razones industriales, espirituales, y recreacionales", reza la conclusión de la demanda, presentada por el abogado Félix Román.

La demanda platea que hay jurisdicción federal por varias razones, como que los demandantes están sufriendo un daño económico con la prohibición del gobierno de Estados Unidos, y porque se viola la primera enmienda de la Constitución al restringir su libertad de reunión y de asociación en temas como la cultura; y las enmiendas 10 y 11 que bajo principios de federalismo limita al Congreso a respetar que hay espacios de soberanía de los estados que no deben ser tocados por el gobierno federal, entre otros. 

"Las peleas de gallos juegan un rol importante para los demandantes como puertorriqueños para perpetuar la cultura de su país y de ejercer su autonomía cultural", agregó.

También se plantea que la acción congresional es "irracional y arbitraria" y que no había un reclamo de los residentes de Puerto Rico para prohibir esta práctica.

Cientos llegaron hasta el Capitolio en defensa del tradicional deporte boricua.

El recurso legal plantea que el deporte se practica en la isla desde el siglo 16, que hay galleros famosos entre los presidentes de Estados Unidos como George Washington y Abraham Lincoln; que estas aves pelean de forma natural y no por que se les enseñe a ello; que está altamente regulada y que  inyecta a la economía unos $65 millones y unos 3,447 empleos.

Los demandantes son el Club Gallístico de Puerto Rico, Inc., quienes operan el club de Isla Verde y que emplea a unas 22 personas, y galleros de diferentes partes de la isla como Luis Joel Barreto, de 40 años y de Moca; Faustino Rosario Rodríguez, de 50 años y con residencia en Carolina: Carlos Quioñones Figueroa, de 74 años y residente de Aguadilla; y Mercedes Hernández Gotay, vecina de Carolina de 62 años.