Un clima cargado de drogas, alcohol, voyeurismo y perversión enmarcó el escenario en el que se alega que una niña entre los 9 y 11 años fue agredida por un grupo de 10 hombres que estaban liderados por su madre y su padrastro.

Así trascendió en el juicio que se lleva a cabo contra ocho de los acusados en la sala de la jueza Berthaida Seijo, del tribunal de Carolina, donde ayer el testimonio de la agente investigadora María de Lourdes Pagán, adscrita a la División de Delitos Sexuales,  dejó estupefacto al público que escuchaba la narración de eventos que la pequeña le dijo en una serie de entrevistas.

Durante más de siete horas la investigadora  relató detalles del conmovedor caso, a medida que respondía preguntas de la fiscal Maritza Valero, quien junto a sus homólogos José Marrero e Ileana Espada, sometieron las denuncias contra Javier Ruiz Ramírez, Erick Rodríguez Morales, Edwin Boria Ramos, Agner Ruiz Martínez, Noel Rodríguez Correa, Ramón Correa Suárez, Janny Viera Pla y Yomaris Ruiz Díaz (madre de la menor). Todos enfrentan cargos de agresión sexual.

Ruiz Díaz encara cargos adicionales de maltrato.

Los denominadores comunes en la barbarie  son la progenitora de la niña -que  hoy día tiene 15 años, y tuvo un hijo de uno de sus agresores- y su padrastro César Correa, quien ya fue declarado culpable y condenado a 60 años de prisión en un juicio que se llevó a cabo por separado.

Y es que la agente manifestó que en más de una ocasión la niña le explicó el patrón de abuso sexual al que era sometida por familiares y amigos de su padrastro -quien también la violó- en una hacienda en la que residía la familia en Trujillo Alto.

 En algunas instancias, según su relato, los tutores de la nena le daban de tomar cervezas antes de, prácticamente, lanzarla a  los depravadores. 

En otra ocasión le dieron de fumar marihuana hasta que quedó “mareada”.

El abuso se dio en varios escenarios de la hacienda, incluyendo un “corral de puercos” y una  “casa abandonada” que había en la finca residencial.

En al menos dos ocasiones, el padrastro de la menor observaba el momento en el que la niña tenía relaciones sexuales con sus amigos o parientes, al tiempo que se masturbaba.

 Pagán dijo que la niña expresó que “su mamá no era  responsable con ella” porque sabía todo lo ocurrido y nunca hizo algo.

 De hecho, la menor mencionó que su progenitora dejaba que dos menores de edad -que también enfrentan faltas en el Tribunal de Menores- pernoctaran en su habitación.

Agregó que cuando  la madre supo que la niña estaba embarazada le dio a tomar  en dos ocasiones “Panadol con malta (bebida) caliente”  y que la menor sabía que era para provocarle un aborto.

Actualmente,  la víctima  y su bebé permanecen bajo la tutela del Departamento de la Familia en un hogar sustituto.