Empresario de San Sebastián se declara culpable por contrabando de especies marinas
Rompía arrecifes en aguas de la Isla para vender una especie de organismo que brilla.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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El copropietario de una empresa que vendía especies marinas de Puerto Rico, se declaró culpable ante las autoridades federales de contrabando y violar las leyes que protegen estos organismos, informó hoy el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Luis Joel Vargas Martell, quien es residente de San Sebastián, enviaba desde la Isla especies marinas vivas de arrecifes a clientes en Estados Unidos y otros países por servicio de mensajería bajo su compañía Carebbean Reefers. También operaba una tienda en internet a través de eBay con el nombre Redragon1975.
Uno de sus artículos más populares era un organismo del tipo Ricordea. Estos tienen un interés particular en los dueños de estanques ya que brillan bajo la luz ultravioleta.
De acuerdo a Justicia federal, Vargas Martell y su socio Raymond Torres practicaban snorkel para buscar estas especies. Debido a que la Ricordea forma parte de la estructura de los arrecifes, usaban un cincel para romperlos y coger pedazos.
Para encubrir sus envíos los etiquetaba como objetos inanimados, mencionó Justicia. Desde enero de 2014 hasta marzo de 2016 envió al menos 40 cargamentos de especies marinas que fueron capturadas ilegalmente en las aguas de Puerto Rico, valorados en $90,000, aproximadamente.
Se indicó que Vargas Martell será sentenciado en una fecha futura designada por el tribunal. Mientras, Torres se declaró culpable de cargos similares el pasado 9 de junio. Está programado que sea sentenciado el próximo 8 de diciembre.
El caso fue procesado por Christopher L. Hale, de la Sección de Crímenes Ambientales del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, junto con la fiscal federal auxiliar Carmen Márquez, de la Fiscalía federal en la Isla.
En Puerto Rico es ilegal cosechar Ricordea, zoanthids y anémonas si los organismos se enviarán fuera de la isla, se venderán comercialmente de otra manera, o si el vendedor no posee un permiso, señaló Justicia.