Las autoridades estatales y federales se encuentran en alerta tras recibirse una presunta amenaza terrorista contra el sistema eléctrico de Puerto Rico operado por el consorcio LUMA Energy a cargo de la transmisión y distribución de la electicidad en la isla.

La llamada se recibió a través del Sistema de Emergencias 9-1-1 de la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, donde una organización habría hecho la advertencia. La querella fue referida el 22 de noviembre.

El comisionado del Negociado de la Policía, Antonio López Figueroa, confirmó que, a través del comisionado del Sistema de Emergencias 9-1-1 local, Manuel González Azcuy, se recibió una alerta originada por el sistema homólogo en Nueva York, sobre las presuntas amenazas.

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López Figueroa, anunció en declaraciones escritas que estableció un plan de seguridad de múltiples fases con el apoyo de las agencias federales, que incluye la vigilancia en todas las instalaciones de la red eléctrica.

El funcionario agregó que, “independientemente de donde se origina una amenaza terrorista y quien la realiza, el negociado que dirige responde con la seriedad que amerita para prevenir cualquier incidente que atente contra la estabilidad del sistema del que dependen todos los ciudadanos en Puerto Rico”

Esta amenaza surge en momentos en que la Autoridad para las Alianzas Público Privadas, hace gestiones para extender el contrato suplementario de LUMA Energy antes de su vencimiento el 30 de noviembre, mientras culmina el proceso de quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y en un momento en que casi a diario se llevan a cabo protestas exigiendo la cancelación del mismo.

Hasta el presente, no se ha reportado ningún acto de vandalismo u otra anomalía, tras la inspección de toda la infraestructura.

Por su parte, la compañía LUMA Energy, indicó en declaraciones escritas que “se toma en serio todas las amenazas a la red eléctrica y continuará trabajando con las autoridades federales y locales para abordar cualquier riesgo para el sistema eléctrico”.

El Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) tienen a cargo la pesquisa.