Luego de una maratónica sesión de más de nueve horas, y de escuchar tres veces qué constituye la práctica de la medicina, el jurado puso sus dudas a un lado y llegó a un veredicto de no culpabilidad contra Carlos Ramos Corena.

El acusado es un médico colombiano que enfrentaba cinco cargos, por algunas de las 28 mujeres a las que alegadamente atendió y diagnosticó en un spa de Hato Rey, a pesar de no tener licencia para ejercer en la Isla.

En cuatro de los cargos el veredicto fue 10-2 y en otro fue 9-3 a favor de absolverlo. El grupo estuvo compuesto por 11 mujeres y un hombre. 

Ramos Corena, conocido como el médico de las barbies, se anuncia como especialista en cirugías estéticas. En su país ha tenido cuestionamientos sobre sus prácticas y sus credenciales para realizar cirugías.

El miércoles desde las 9:30 de la mañana los miembros del jurado escucharon las argumentaciones finales. Luego les leyeron las instrucciones y a eso de las 11:00 se marcharon a deliberar. A las 12:15 pidieron la segunda aclaración sobre la definición de la práctica de la medicina. No se supo más de ellos hasta las 8:00 de la noche cuando informaron que nuevamente tenía dudas con la definición.

La jueza Wanda Cruz Ayala del Tribunal de Primera Instancia de San Juan anunció a las partes que debido al tiempo en que llevaban sin llegar a un acuerdo, leería además las reglas acerca del peso de la prueba, la presunción de inocencia y la duda razonable. Incluso abrió la puerta a disolver el jurado.

Pero el fiscal Martín Ramos Junquera se opuso enérgicamente por entender que no se debe interferir en el proceso con instrucciones que el jurado no había pedido y que eso iba contra lo que estipula el Derecho. El abogado Mario Moczó entendió que esas instrucciones eran necesarias.

El fiscal insistió en que la jueza no podía dar las instrucciones y recordó que debido a la hora no podía buscar auxilio ante el Tribunal Apelativo. Sin embargo, no logró convencer a la jueza que ya mostraba signos de cansancio. La decisión fue que sólo leería la definición por tercera vez y lo relativo a la duda razonable.

Media hora después, hubo veredicto.

Los familiares del doctor, incluyendo su hija de 14 años y su hijo de 12, rompieron a llorar de la emoción al escuchar el “no culpable”. Hasta el abogado, cuyo estilo jovial y campechano lo ha dado a conocer públicamente, se secó los ojos. Una vez se despachó al jurado los abrazos no se hicieron esperar.

“Tengo cinco meses acá, lejos de mi familia pero yo pienso que hay un Dios arriba que todo lo ve y bueno aquí están los frutos”, declaró Ramos Corena a su salida de sala.

El médico indicó que hay un político en su país que ha iniciado un proceso de persecución en su contra y que aquí le dieron credibilidad. Se refería al concejal de Medellín Bernardo Alejandro Guerra quien ha dado seguimiento a las alegadas víctimas de malas prácticas médicas por parte de Ramos Corena. 

“En Colombia hay un personaje que siempre ha estado detrás de mí, manchando mi imagen y este personaje dio declaraciones aquí mentirosas, y como es un político que goza de cierta credibilidad, acá le creyeron. Aquí cuando me agarraron pensaron que habían agarrado un criminal al mejor estilo de Pablo Escobar. Me extraditaron desde Miami, esposado, estuve en la cárcel como un criminal. Aquí pensaron que habían agarrado al capo más peligroso de Colombia y se están dando cuenta de que no es así”, indicó el médico.

Para su abogado, el caso se presentó debido a toda la publicidad que generó en el 2014 la muerte de Nancy Santana García, una puertorriqueña que conoció a Ramos Corena en el mismo spa de Hato Rey, y luego se sometió a una operación quirúrgica con el médico en Colombia.

“El jurado entendió nuestro punto: este muchacho no tuvo nada que ver con la muerte de esa puertorriqueña, y lamentablemente, como había que hacer algo, el caso es público y muchas veces pasa, aquí radicaron por radicar, y él que resuelva. Pero gracias a Dios el jurado confió en nosotros”, indicó Moczó evidentemente contento con el resultado.

Ramos Junquera había enfatizado que separar una cabina del spa para el medico, hacer una lista de las personas que iban a consultarlo a él, que las reunions hubiesen sido individuales y privadas, va más allá de una orientación y se trataba de una práctica de la medicina.

Del mismo modo el fiscal recalcó durante sus argumentos finales que en sus testimonios las mujeres contaron que les mostraron al cirujano las partes del cuerpo que querían operarse y que él les hizo recomendaciones. Posteriormente operó a tres de ellas, tal y como alegadamente acordó en Puerto Rico.

En uno de los casos, Ramos Corena incluso le recomendó a una de las testigos -a la que había operado previamente en su país- que debía ir a un ginecólogo a hacerse una prueba en particular y despejar dudas de su estado.

"El perito (de la fiscalía el cirujano plástico Carlos Manuel Portocarrero) les explicó que eso es tratamiento post-operatorio. Eso es parte de practicar la medicina. Queda claro que eso fue lo que hizo", declaró el fiscal.

Sobre una posible acción de daños contra el Estado por parte de Ramos Corena, su abogado dijo que es algo que van a dialogar.