El hombre que esta madrugada resultó quemado en el rostro al ser víctima de un robo domiciliario en el barrio Amelia, en Guaynabo, fue entrevistado hoy por el agente del caso, Ricardo Costales, en busca de información para identificar a alguno de los ladrones.

El teniente Raúl Martínez, jefe de la división de Robos de Bayamón, había dejado abierta la puerta a la posibilidad de que se pudieran identificar a los responsables por su aspecto físico, a pesar de que utilizaban máscaras.

Sin embargo, al menos hoy, no fue posible realizar la comparativa de imágenes (line up) enmascaradas.

“Él estuvo cooperador en todo momento. Se le hicieron preguntas y dijo que estaban enmascarados. Se va a continuar con la investigación”, dijo por su parte el sargento Neftalí Rodríguez, quien supervisa la pesquisa.

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La víctima ofreció detalles más específicos del atraco, perpetrado a eso de las 3:30 a.m. en una residencia de la calle Rafael Martínez Nada.

Según la información que brindó en la entrevista con las autoridades, los ladrones lograron acceso a la propiedad forzando una ventana. Una vez en el interior amordazaron y amarraron a una mujer, y a su hija de 9 años la colocaron en un baño.

Acto seguido, el hombre fue despertado con culetazo en uno de los pómulos. Luego calentaron una plancha y lo quemaron dos veces en la espalda y en la oreja izquierda. También lo amarraron los brazos con cinta adhesiva de fibra mientras lo seguían agrediendo frente a su esposa.

Tras rebuscar la casa por cerca de una hora y media, el trío abandonó el lugar robándose una guagua Chevrolet Captiva azul, tablilla IHW-998, que no ha sido recuperada.

La Policía informó que los ladrones se apropiaron también de prendas, documentos personales, dinero y teléfonos celulares.

“Dejaron la casa un desastre, rompieron una vajilla y lo destruyeron todo, incluyendo peluches (de la niña)”, contó Martínez.

El teniente indicó que están investigando todos los ángulos, aunque de primera vista, luce como un robo domiciliario.

También se intenta corroborar información brindada por la víctima, quien fue fichado en el 2004 por un caso de Ley de Armas, sobre un pago que esperaba recibir próximamente.

“Ese ángulo se está corroborando”, dijo el sargento Rodríguez.