El Instituto de Ciencias Forenses (ICF) culminó ayer la autopsia de María Paola Hernández Agosto, la mujer de 33 años que falleció herida de bala el pasado viernes en circunstancias nebulosas y que, inicialmente, la Policía de Puerto Rico reportó como un suicidio.

La doctora Irma Rivera, patóloga forense del ICF tuvo a cargo la realización de la autopsia en la que se determinó que la causa de muerte fue por herida de bala.

Sin embargo, según explicó Betsy Rivera, portavoz de prensa de la agencia, aún falta por determinar la “manera de muerte”.

“No se ha determinado porque faltan estudios periciales para completarlo”, explicó Rivera al agregar que la madre de la joven madre de dos niñas fue entrevistada hoy por personal del ICF.

Los hechos de este caso, trascendieron en el fin de semana cuando la Policía de Puerto Rico informó que la División de Homicidios de San Juan investigaba un incidente en el que falleció la mujer de un disparo en la cabeza. Su esposo alegó que se trató de un suicidio, pero las autoridades calificaron el caso como una “muerte sin determinar”. Aparentemente, la muerte ocurrió a eso de las 9:32 de la noche del viernes 29 de octubre en una residencia de la calle 2 de la urbanización Colinas de Cupey, en San Juan.

En el parte de prensa se especificó que “será la autopsia, y otras pruebas forenses, las que determinen las causas de la muerte por lo que el Informe Diario de Incidencia de Homicidios la catalogó como muerte sin determinar. Además, menciona en su narrativo que el cuerpo presenta dos heridas en la cabeza”.

El esposo de la mujer fallecida, al cual se identifica en la querella policiaca como José Bobonis, aludió a que el presunto suicidio ocurrió luego de que sostuvieran una discusión matrimonial.

El informe policiaco, entretanto, se detalla que el incidente fue registrado en una llamada que se hizo a la Policía Municipal de San Juan como un intento suicida.

En la escena se ocupó una pistola Glock calibre 9 milímetros, entre otras piezas de evidencia.

El agente José A. Santiago Santiago, de la División de Homicidios de San Juan, asumió la investigación de este caso, junto al fiscal Alfredo Carrión.