Los estallidos de mayor violencia que se vienen produciendo recientemente en algunos sectores de Puerto Rico, como el ocurrido en la Barriada Morales de Caguas, podrían atenderse mejor, antes de que incluso lleguen a ocurrir, si las autoridades sacan provecho de herramientas estadísticas que están disponibles.

Una de esas herramientas a las que podrían recurrir la Policía y otras agencias de ley y orden es el Índice de Vulnerabilidad Social que desarrolló el profesor e investigador Ángel Suárez Rivera, y que permite determinar situaciones de riesgo en diversas áreas, analizando un sinnúmero de variables estadísticas.

En el caso de Caguas, que acaparó la atención luego que criminales atentaran contra policías y las fuerzas del orden terminaran ocupando la Barriada Morales, el investigador del Programa de Salud Pública de la Escuela de Medicina de Ponce aseguró que es algo que, “si miras a las herramientas estadísticas, se veía venir”.

“Cuando vi el revolú de Caguas, yo me dije: ‘vamos a revisar el Índice a ver qué dice’. Y ahí de inmediato fue: ‘pero si míralo ahí, Caguas lo tengo en el número 3 (entre los de más riesgo), y dentro de Caguas Barriada Morales la tengo en 2′”, afirmó el experto en estadísticas.

Al incorporar más datos, al índice corroboró todavía más la tendencia que venía en aumento por meses, mostrando que el área estaba cada vez más propensa a ser centro de incidentes violentos y actividad criminal.

De hecho, la gráfica muestra una curva ascendente en todo momento, sin siquiera el menor indicio de que fuera a disminuir esa vulnerabilidad durante los últimos seis meses de 2021. Explicó que, incluso si se toma en cuenta una sospechosa y notable baja repentina en enero de 2022 en las cifras de crimen, para los meses siguientes nuevamente retoma la curva siempre ascendente.

¿En qué consiste?

Suárez explicó que comenzó a trabajar con el Índice de Vulnerabilidad Social cuando trabajaba como profesor en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, entre otras cosas porque el índice que se usa habitualmente en la Isla era el del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), cuya información se basa más en datos del Censo, pero “no representa las características de Puerto Rico”.

Agregó que el Índice trabaja con cinco ejes: mantenimiento de la salud, acceso a los medios noticiosos y la información, capital de ingreso, dependencia y apoyo, y seguridad. En cada eje, a su vez, entran diversas variables, si tiene trabajo, cuáles son los ingresos, si recibe cupones, si tiene acceso a internet, si tiene acceso a organizaciones comunitarias, sin fines de lucro o de base de fe, entre muchas otras.

“En el caso de seguridad, vamos a ver los delitos tipo 1 en los municipios, versus los recursos que tenemos para atacar esos delitos tipo 1, por ejemplo, los cuarteles, la cantidad de cuarteles municipales y estatales, la cantidad de policías, bomberos, centros judiciales, ambulancias... es más, hasta incluí las ferreterías, porque las ferreterías tienen cosas como la cerradura, el candado, y todo eso es parte de la seguridad”, comentó.

“En una misma fórmula contrasto el problema del determinante social, en este caso delitos tipo 1. Pero si fuera salud, soy diabético, pues veo quién tiene diabetes y contrasto, lo multiplico, cuáles son los recursos, farmacias, doctores, hospitales, especialistas, ambulancias, quién tiene o no plan médico. Esos son los recursos para contrastar la dimensión o la característica que se evalúa”, abundó.

En resumen, el Índice “tiene más de 60 variables censales, estadísticas de Puerto Rico, del Departamento de Salud”, que se dividen en esas “cinco dimensiones o ejes”, y que, además, al ser un retrato de la situación social, puede ajustarse para evaluar impactos ante diferentes fenómenos externos, como huracanes, terremotos, inundaciones o la pandemia del COVID-19, que es algo en lo que trabaja actualmente, colaborando con la epidemióloga del estado, la doctora Melissa Marzán.

Pero, retomando el tema del repunte de criminalidad, y en particular la situación de Caguas, Suárez insistió en que “están los números ahí. La información está ahí. No sé por qué no los usan”.

“El Índice lo que revela es eso, o lo que trata de revelar es eso, las probabilidades de que ocurran estas situaciones”, insistió el profesor.

Aclaró que con eso no busca señalar uno u otro sector en particular y castigarlos con una imagen que cree miedo en la gente. “Aquí lo que estamos diciendo es, a base de los recursos disponibles y a base de la actividad delictiva que sabemos que hay en Puerto Rico, este sector, o este otro sector, tiene más vulnerabilidad de estar impactado”.

Insistió en que lo que busca con el Índice, al igual que sucede con otras herramientas similares que puedan estar disponibles, es que se le dé uso para poder actuar de manera preventiva.

“Sabemos que el crimen no duerme. Pero, caramba, si tenemos algún tipo de herramienta que puede ayudar, y si tenemos estadísticas fluidas, pues vamos a usarlas”, invitó. “Está ahí disponible, y los funcionarios interesados pueden usarlo, y decir vamos a hacer un plan para Barriada Morales, sin descuidar Bairoa o Turabo, por decir uno”.

Compromiso social

El profesor acotó que no recibe dinero por el desarrollo del Índice, sino que lo desarrolla como “parte de mi responsabilidad social que tengo como persona, como puertorriqueño”, y pensando en “mis dos viejitos, mamá Cuca y tío Cheo” que, como parte del grupo de adultos mayores, suelen ser de las poblaciones más afectadas por temas como la criminalidad.

“El plan mío con esto es mitigar, tratar de mitigar. Si podemos, prevenir. Y anticiparlos también. En Puerto Rico tenemos una cultura de curar y no de prevenir. Y debe ser prevenir primero”, insistió Suárez, agregando que, además de ayudar a prevenir, estas herramientas también sirven para diseñar planes a largo plazo para una asegurar una transición efectiva luego de cualquier intervención en una comunidad.

“Los datos están ahí, el trabajo está ahí. Si tenemos este tipo de herramientas, tenemos un Instituto de Estadísticas, tenemos los recursos, están ahí. Así que, lo deseo es que, ojalá, esta y cualquier otra herramienta, que se puedan utilizar”, reiteró.

Asimismo, el investigador exhortó a “todo el que tenga capacidad, si juega soccer que enseñe a los demás, el que tenga una capacidad y puede aportar, pues que lo haga, por Puerto Rico”.