El próximo agosto se cumple un año de la desaparición de una madre de dos niños mientras se dirigía a una entrevista de trabajo, y al momento las autoridades no han esclarecido la madeja de interrogantes que rodean el caso.

Sus familiares, encabezados por su abuela paterna, Gloria Cruz, y su tía Carmen Lugo, exigieron a los investigadores que agoten todos los recursos para dar con el paradero de Jennifer Siomara Lugo Tapia, de 32 años, ante la sospecha de que pudo haber sido secuestrada.

Lugo Tapia salió de la urbanización Las Américas, en Bayamón, hacia la urbanización El Conquistador, en Trujillo Alto, donde recogería a un guardia de seguridad del Centro Médico, a quien conocía y que le ofreció llevarla a una entrevista de trabajo con un oficial de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), en Carolina.

La mujer, que se había acogido a la primera ventana de retiro bajo la Ley 7 de Emergencia Fiscal, tras siete años de laborar en el Hospital Pediátrico, temía perder a sus hijos, un varón de nueve años y una niña de seis, si no conseguía un trabajo.

Pero, Jennifer nunca llegó a la entrevista de trabajo ni tampoco a recoger a sus hijos en la casa de su ex esposo.

Tras 12 días de su desaparición, fue encontrada la guagua que conducía en una panadería del centro comercial El Conquistador. Ésta era de un amigo.

En la guagua encontraron las pertenencias de la joven, excepto su licencia y la tarjeta del seguro social.

El dueño del establecimiento dijo que vio a la mujer sola tomándose un café. En el centro comercial no encontraron cámaras de seguridad.

La familia denunció que el Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Bayamón se tardó dos semanas en recuperar la guagua y pasó mucho antes de ser enviada al Instituto de Ciencias Forenses (ICF) para ser analizada, pero no detectaron huellas de algún valor pericial.

El guardia de seguridad con el que se encontraría Jennifer el día de su desaparición renunció a su trabajo días después, según denunció la familia, y construyó una enorme verja que rodea su residencia. También alegaron que éste se negó a hacerse la prueba del polígrafo.

“Para mí, como que la tienen secuestrada o algo donde ella no tiene comunicación; como hoy en día la gente le da pastillas a esas muchachas y la mente se borra...”, dijo la abuela.

En cuanto al caso de su nieta, ésta reveló que fue asignado a la agente Wanda Vidal y luego fue referido al agente Nicolás Maldonado, quien recientemente fue relevado de atender el caso del crimen del niño Lorenzo González Cacho.

Primera Hora intentó obtener una reacción a la denuncia, pero se le informó que el investigador tomó el día libre y su supervisor no tenía conocimiento del estatus de la investigación.