Como una mujer luchadora, cariñosa y dedicada a sus hijas, recordaba ayer Aida Cruz a su tía, quien el sábado se convirtió en la víctima más reciente de violencia doméstica.

A pasos de Cruz, en la funeraria Toñito Flores, en Humacao, familiares y amigos también recordaban a la mujer de 47 años, madre de dos jovencitas y abuela de dos pequeños de dos años y un mes de nacido.

“Era la alegría de nosotros en nuestra casa. Parrandera, humilde y dedicada a sus hijas... si las nenas necesitaban algo, ella hacía lo imposible por conseguirlo”, recordó de su tía, también Aida Cruz.

La mujer, quien trabajaba como secretaria en el Centro Médico, fue asesinada por Hipólito Sevilla Sevilla, su pareja consensual por el pasado año. Desde ayer, su cuerpo estuvo expuesto y fueron decenas las personas que por allí pasaron para recordarla.

La familia pidió espacio en su momento de dolor.

A pesar de que la relación entre la pareja se tornó violenta y supuestamente hubo amenazas de asesinato previas, la familia nunca imaginó que pasarían por el trago amargo de ver a uno de los suyos asesinado violentamente.

“Yo no me lo esperé hasta cuando vi las noticias y vi cuando la voltearon, cuando la sacaron, cuando la treparon en la camilla, cuando la envolvieron... eso a mí me partió el alma. Uno sufre”, expresó.

Aida recordó que fueron varias las ocasiones en las que su tía intentó abandonar a Sevilla, de 63 años, pero aparentemente por miedo a las amenazas de éste regresaba a su lado.

Recordó que en dos ocasiones Sevilla, quien trabajaba como guardia de seguridad, corrió a su tía amenazándola con un arma de fuego que posteriormente le fue confiscada tras la mujer radicar una querella. “A la semana volvieron otra vez, después se dejaron porque él la había amenazado nuevamente y ella logró encerrarse en el baño de la casa”, dijo.

“Yo pienso que ella volvía con él a cada rato por miedo a que matara a sus hijas o a que matara a sus padres, porque me imagino que eso era lo que él decía”, añadió.

Aida señaló que desde el primer momento que vio a Sevilla le expresó a su tía “que no me gustaba”.

Hacia el victimario, dijo, sienten mucha rabia. “Sentimos mucho coraje, todo lo negativo que pueda haber sentimos ahora mismo... queremos que por lo menos la justicia bregue y caiga sobre él todo el peso de la ley... una persona así no debería estar en este mundo”, reconoció.

Las hijas de Aida, Wilnalish y Maribeth, de 17 y 19 años, respectivamente, “están destrozadas”. “Lo que dicen es: 'Mami, por qué te fuiste'; 'mami, levántate; 'mami, por favor, no me dejes sola'”, compartió.

El presunto asesino de Aida duerme desde el domingo en la Cárcel Regional de Bayamón, donde fue ingresado tras no poder prestar la fianza de $1.3 millones que le fue impuesta por la jueza María de Lourdes Camareno del Tribunal de San Juan.

Según la Policía, los hechos ocurrieron el sábado poco después de las 8:00 de la noche, cuando se suscitó una discusión entre ambos mientras viajaban en una guagua Mitsubishi. Fue en la urbanización Villa Alegre, en Gurabo, donde éste se armó de un cuchillo y degolló a la mujer, dejándola abandonada en el interior de la guagua.