El Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) está colaborando con la pesquisa del asesinato de una pareja de adultos mayores cuyos cadáveres fueron localizados la noche del miércoles en su residencia localizada en la carretera PR-112, del barrio Arenales Bajos, en Isabela.

Según el teniente coronel Gerardo H. Oliver Franco, supervisor de la Rama Investigativa, en esta etapa no tienen identificado a uno o más sospechosos como autores del doble asesinato, al ser cuestionado sobre declaraciones del alcalde de ese municipio, Miguel “Ricky” Méndez, quien indicó en una entrevista radial que el presunto asesino había escapado a Estados Unidos.

“En este momento no tenemos a un sospechoso identificado, el móvil sigue siendo el robo y se desconoce si participó una o más personas, aunque no lo descartamos. Quizás puede referirse a una persona que estamos buscando para entrevistarla que hacía labores de mantenimiento”, argumentó Oliver Franco, quien indicó que como existe la posibilidad de que se configurara el delito de “carjacking” el FBI evalúa de cerca este caso.

Como parte de las teorías que manejan las autoridades, los investigadores están enfocados en la venta de una propiedad en septiembre en esa comunidad que les habría generado ganancias de unos $200,000 y se cree que guardaban parte del dinero en efectivo en su hogar, según lo informó ayer este medio.

El miércoles, una agente de la Policía Municipal de Isabela, Luz Nereida Medina Mercado, divisó un vehículo marca Hyundai Tucson, color vino y del año 2019, estacionado a orillas de la carretera PR-2 en el sector Mora de ese pueblo y cuando verificó la tablilla obtuvo la información del dueño registral, movilizándose hacia la residencia donde pudo observar uno de los cadáveres a través de una ventana.

A las 9:32 p.m. se activó el protocolo y se movilizaron los investigadores de la División de Homicidios y, con el consentimiento de un familiar, se abrió la residencia, la cual no tenía nada forzado.

El cadáver de Angélica Adorno Cruzado, de 77 años, con heridas de bala en el rostro y las manos atadas, fue localizado en la sala y el de su esposo, Ildefonso Janeiro Rodríguez, de 83 años, que yacía sobre el piso de la habitación principal, tenía cinta adhesiva en los ojos y la boca y un impacto de bala en la cabeza.

Los investigadores continúan recopilando visuales de la ruta que tomó la guagua de las víctimas hasta el lugar donde fue abandonada en busca de evidencia.

Las cámaras de seguridad de la residencia fueron desconectadas. No onbstante, agentes del Centro de Recopilación, Análisis y Diseminación de Inteligencia Criminal (Cradic) lograron una manera de revisar su contenido.

Janeiro Rodríguez tenía cuatro armas de fuego registradas a su nombre en su licencia de portación, de las cuales solo dos fueron recuperadas.

La pareja viajaba constantemente a la ciudad de Orlando, en Florida, y algunos de sus allegados que no los veían desde el martes, pensaron que estaban fuera de la isla. También Janeiro Rodríguez acostumbraba a jugar en el casino.

El agente Juan López Rivera, adscrito a la División de Homicidios de Aguadilla, y el fiscal Héctor Crespo Correa trabajaron la escena junto al personal de la División de Servicios Técnicos.

Se ocupó la guagua para fines periciales, la cual será analizada en el Instituto de Ciencias Forenses por peritos de la Sección de Análisis de Vehículos y Reconstrucción de Escenas.

El comisionado del Negociado de la Policía, Antonio López Figueroa, creó la misma noche de los hechos un equipo “multioperacional”, integrado por ocho divisiones para esclarecer el caso.