El exboxeador Félix Verdejo regresa este viernes a la sala del juez Pedro Delgado Hernández en el Tribunal Federal para la lectura de sentencia.

El pasado julio, un jurado compuesto por nueve varones y tres féminas determinó que Verdejo era culpable por el secuestro que culminó con la muerte de Keishla Rodríguez Ortiz y, además, por terminar con la vida de una criatura por nacer. La joven tenía entre tres y seis semanas de embarazo.

Verdejo también fue acusado por “carjacking” que terminó en la muerte de una persona y, además, por portar un arma durante la comisión de un delito violento. Por esos cargos, un integrante del jurado no estuvo a favor de un veredicto de culpabilidad.

El Ministerio Público solicitó para Verdejo cadena perpetua consecutiva en cada uno de los cargos. Es decir, en la eventualidad de que el convicto inicie un proceso de apelación y salga airoso en uno de los dos cargos, continuaría cumpliendo cadena perpetua por el otro.

Durante un juicio que se extendió por 25 días, los fiscales Jonathan Gottfried y Jeanette Collazo presentaron vídeos, fotos, grabaciones, informes, testimonios de peritos para sustentar la teoría de que Verdejo se confabuló con Luis Cádiz Martínez para terminar con la vida de Rodríguez Ortiz, quien mantuvo una relación sentimental con el expúgil durante 10 años.

Cádiz Martínez, de hecho, fue el principal testigo del Ministerio Público dado que se declare culpable por dos cargos. Su sentencia todavía está pendiente. Fue Cádiz Martínez quien ofreció los testimonios más dramáticos durante el litigio, cuando relató cómo ocurrieron los hechos.

Según relató, Rodríguez Ortiz tenía la intención de presentarle a Verdejo una prueba que se realizó en un laboratorio, confirmando que esperaba un bebé. Verdejo quería terminar con el embarazo e intentó conseguir pastillas para provocar un aborto. No tuvo éxito en obtener las píldoras a través de Ricardo Cádiz, hermano del presunto cómplice.

Cádiz Martínez sostuvo que Verdejo le sugirió que fueran juntos para un encuentro con Rodríguez Ortiz en el residencial Villa Esperanza, en San Juan, en la mañana del 29 de abril de 2021. Allí, la joven fue golpeada en el rostro, drogada, amarrada a un bloque de construcción con alambres de metal y, eventualmente, lanzada a la Laguna San José desde el Puente Teodoro Moscoso.

Su cuerpo fue encontrado el 1 de mayo gracias a que agentes de la uniformada recibieran una llamada anónima, presuntamente de Cádiz Martínez, con información sobre el paradero de Rodríguez Ortiz.

Recuento de los hechos

Verdejo llegó a Villa Esperanza en una Dodge Durango negra para el encuentro con la víctima. Después, se trasladó hasta el estacionamiento de una clínica dental donde permaneció por minutos antes de regresar al residencial público.

Un tiempo después, ;a Dodge Durango se alineó en el paseo del Puente Teodoro Moscoso a las 8:29 a.m. A pesar de que se aprecian dos figuras, fue dificultoso establecer si se trataron de Verdejo y Cádiz Martínez. Tampoco se percibió si, en efecto, se realizaron dos disparos en dirección de la víctima mientras estaba dentro de la laguna como afirmó el Ministerio Público.

La Dodge Durango pasó tres veces por el peaje del Puente Teodoro Moscoso ante de regresar al lugar donde habían dejado el KIA Forte de Rodríguez Ortiz para disponer del mismo. Una vez regresaron al residencial Luis Llorens Torres, Cádiz Martínez reclutó a su hermano, Ricardo, para que lo recogiera en Canóvanas donde dejó el auto de la víctima, con el pretexto que era de un cliente.

Verdejo fue citado al Cuartel General de la Policía de Puerto Rico para una entrevista. El exboxeador no respondió a las preguntas. Se convirtió en uno de los principales sospechosos, junto con Marcelino Pérez e Iván Santana, exparejas de la víctima. Verdejo se entregó a las autoridades el 2 de mayo de 2021 y el pliego acusatorio fue radicado cuatro días después.

La defensa compuesta por Jason González Delgado y Gabriela Cintrón intentó minar las teorías del Ministerio Público, particularmente la credibilidad de Cádiz Martínez, quien reconoció en sala que se encontraba bajo la influencia de drogas y alcohol durante el crimen. Asimismo, presentaron testigos para ensalzar la reputación de Verdejo.

Los principales fueron el preparador físico Cruz Manuel García, Nilka Colón Torres y Nicolle Vázquez Avilés, exparejas de Verdejo, además de su hermana Yashira Marie Verdejo Sánchez. Todos lo calificaron como una persona “buena” y “pacífica”.

González y Cintrón solicitaron, mediante una moción, que el juez Delgado Hernández considere la joven edad de Verdejo, que tiene una hija dependiente de seis años, su carrera como boxeador profesional y olímpico, carencia de un récord criminal, carencia de un historial de abusos de sustancias controladas, sus actividades de servicio comunitario, sus excelentes ataduras con la comunidad y las relaciones antes de pronunciar una sentencia.