Francheska Duarte Jiménez sumida en una depresión
A sus 20 años, con una pequeña niña, enfrenta un futuro incierto. (Vídeo)

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
PUBLICIDAD
No para de llorar. Perdió el apetito. No sale de su cuarto. No quiere ver ni hablar con nadie.
La joven madre Francheska Duarte Jiménez se encuentra sumida en un profundo estado de depresión tras el veredicto de la jueza Nisvel Durán, del Tribunal Superior de San Juan, que encontró culpable de un delito menos grave de negligencia bajo la Ley de Tránsito y no por los cargos de agresión agravada que pesaban contra su ex pareja, quien la mutiló al grado de dejarla sin sus dos piernas.
No es para menos: a sus 20 años, con una pequeña niña, enfrenta un futuro incierto y la sensación de que con ella no se hizo justicia.
La jueza justificó en sala su decisión aludiendo que el Ministerio Público no probó que Jorge Ramos Rodríguez, de 22 años, tuvo la intención de causarle daño con su vehículo tras impactarla y pillarla contra otra guagua estacionada la madrugada del 19 de diciembre del pasado año, en la calle Principal de Barrio Obrero, en Santurce.
Saira Jiménez, madre de Francheska, dijo ayer a Primera Hora que no hubo justicia para su hija. Ella ya había comenzado a valerse por sí misma, pero desde el viernes ya no quiere ni levantarse de la cama porque está devastada emocionalmente.
“Me dice: ‘No me siento bien, no quiero hablar con nadie, déjame tranquila’… lo que hace es llorar y llorar”, dijo atribulada Jiménez, quien también se encuentra afectada por la decisión de la jueza.
Para la madre de Francheska, toda la prueba presentada en contra de Ramos Rodríguez lo inculpaba del delito grave. También, reiteró, el perito que examinó la guagua que manejaba sin licencia y en violación de las condiciones para disfrutar de libertad bajo probatoria por un caso de sustancias controladas demostró que el vehículo no tenía desperfectos mecánicos ni estaba averiado.
“No se hizo justicia... Para mí, lo que ella (la jueza) quiso dejar dicho es que fue sin querer, que no fue de maldad, qué sé yo… no fue intencional y él la ve de frente y está hablando con ella por teléfono y no le dice quítate tampoco”, dijo llorosa la mamá de Francheska al recordar su relato en el que insistió que no hizo intento alguno de detenerse y la golpeó de frente sin advertirle que se quitara para luego abandonarla a su suerte en un CDT.
Además, destacó que luego de enfrentar el proceso y a su agresor, su hija está sufriendo mucho. Y es que al terminar el juicio el viernes, Francheska tuvo que ver cómo su ex compañero, con el que procreó una niña que ahora tiene 10 meses, celebraba con gestos dirigidos a su familia la decisión del tribunal.
Esta actitud lo que les hace pensar es que el hombre, quien aún tiene que enfrentar la lectura de sentencia –se expone a un mínimo de seis meses de cárcel hasta tres años y un día– y la vista de probatoria que se llevarán a cabo el 2 de agosto, saldrá muy pronto de prisión y podría hacerle daño.
“Ella se ha sentido mala, ella casi no ha comido, no tiene ánimo de comer, no tiene ánimo de salir y de verdad que me da pena. Tengo que obligarla a veces para que coma porque me da cosa que le vaya a dar un mareo o algo. No se para de la cama, nada más se para a bañarse y ya es cuando se va a acostar de nuevo. Se para un segundo, se toma un medicamento, se sienta en la cama y no quiere hablar con nadie”, confesó la desconsolada madre.
¿Volvió a caer en una depresión tras el veredicto?
Ella no quiere hablar con nadie, no quiere salir. Antes uno le decía cualquier cosa y salía, pero ahora no… Tengo que dejarla tranquila hasta que ella vuelva y le dé con querer salir y hacer sus cosas.
¿Teme que esta situación le afecte su recuperación?
Así es, pero yo la dejo poco a poco porque yo sé que otras veces ella se ha caído y ha vuelto a pararse, como uno dice. Éstaba dispuesta a hacer todo, pero ahora está que no quiere nada. (Dice todo el tiempo) “no quiero comer, me siento mal, me duele todo el cuerpo, no quiero esto, no quiero aquello, no tengo ánimo de nada”.
¿Dónde busca fortaleza ante tanta adversidad?
Agarrada de Dios para que me dé fuerzas, aunque a veces quisiera derrumbarme, pero si yo me derrumbo, después quién lo va a hacer. Tengo otra bebé que, aunque tiene 14 años, comoquiera es pequeña y no puedo caerme... si (Francheska) también se me cae, imagínate, la cosa es peor, y la beba (hija de Francheska), si yo no le doy la mano y la atiendo, ¿quién me la va a atender?
Saira teme sufrir algún colapso de salud y que no esté en condiciones de seguir cuidando a su hija, pero si así sucede, entre lágrimas dijo que le “donaría” sus piernas a Francheska.
“Yo le llegué a decir a mi hija que si algún día me daba algo, si se pueden hacer trasplantes de piernas, le daría mis piernas”, reflexionó entre lágrimas la progenitora de Francheska.